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Leer esto primero.

 He aquí una historia que había querido redactar des de hace mucho tiempo.

Sé que mi puntuación y gramática no son las mejores, pero igual espero disfruten mi historia y con el paso del tiempo ir mejorando mis habilidades como escritor.

Estaré subiendo cada capítulo mensualmente. 

  

PRÓLOGO

Hace tiempo, mucho tiempo atrás, cuando la tierra aún era joven y deshabitada, en la cima de una gran montaña, se encontraba una enorme laguna, sobre la cual un día, un intenso rayo de luz la golpeó. Momentos después, de la laguna emergió una hermosa mujer, la cual llevaba en sus brazos a un pequeño bebé. Siendo estos los únicos de su especie sobre esta hermosa y fértil tierra, aprendieron a subsistir y a sobrevivir por su cuenta.

Muchos años pasaron, y el bebé creció, transformándose en un fuerte y atractivo hombre que convirtió a la mujer, a la cual él llamaba Bachué, en su esposa. Tiempo después, ambos consumaron su amor, y siendo Bachué una mujer increíblemente fértil, como consecuencia, dio a luz a un gran número de personas de las cuales se dice nació la raza humana.

Bachué y su esposo enseñaron a sus hijos todo lo que sabían acerca de vivir y coexistir con la tierra y durante muchos años vivieron en paz y armonía. Y así, una vez los humanos podían valerse por su propia cuenta, los creadores de la humanidad decidieron que su labor había terminado. Volvieron a la cima de la montaña y se transformaron en dos gigantescas serpientes, y regresaron a la laguna donde habían nacido.

Como pueden ver, Bachué y su esposo eran seres celestiales, pero no eran los únicos. Muchas otras entidades divinas se encargaron de vigilar a la tierra y sus habitantes. De todos esos dioses, el más popular era llamado Bochica, el cual recorría la tierra ayudando a la humanidad a progresar y a mejorar como personas. Él no viajaba solo. A su lado viajaba una hermosa mujer llamada Chía, pero ella no era una mujer cualquiera: ella era la diosa de la luna.

Al ser la diosa de la luna, la labor de Chía era cuidar de todos los seres vivos durante las noches. Después de todo, la oscuridad era el lugar perfecto de los demonios y criaturas malignas para cometer sus maldades y travesuras. Chía, durante mucho tiempo, cumplió sus obligaciones como diosa y Bochica se sentía orgulloso de ella, pero la diosa, a pesar de ser increíblemente poderosa como todos los entes celestiales, tenía un enorme defecto: su personalidad no era precisamente “divina”. De hecho, era muy similar a la actitud de una adolescente rebelde que sólo buscaba divertirse.

Chía cumplía sagradamente con sus obligaciones, pero día tras día la inquebrantable y honorable personalidad de Bochica aburría más y más a la diosa  de la luna y, para empeorar las cosas, la actitud anárquica e impredecible de los demonios llamaba más y más la atención de Chía. Ella pensaba que, al ser una diosa, no tenía ninguna obligación con seres tan inferiores como los humanos, y que el único propósito de una entidad divina era hacer del universo lo que desease, tal como hacían los demonios y criaturas que combatía. Hasta que, finalmente, lo peor sucedió: la diosa cedió a la tentación de la locura de los demonios y se unió a ellos en sus locas oleadas de destrucción.

Pronto, con el paso del tiempo, Chía se corrompía cada vez más, y con ella, la humanidad también sucumbió a dicha oscuridad. Se dice que fue en ese momento cuando perdieron la pureza y bondad que Bochica y Bachué antes de él les habían enseñado. Así, la diosa de la luna se transformó en Chía: la diosa del caos, convirtiéndose en la líder de las fuerzas de la oscuridad a las que alguna vez combatió.

Chía continuaba corrompiendo la humanidad, mientras que Bochica, quien consideraba a la diosa como una hija, trataba con todas sus fuerzas de hacerla entrar en razón, pero sus esfuerzos fueron en vano. Finalmente, sin alternativa, Bochica, junto con los demás dioses, libraron una gran guerra contra las fuerzas del mal lideradas por Chía. Después de mucho tiempo, las criaturas de la oscuridad fueron derrotadas junto a la diosa del caos. La paz regresó, pero la absoluta bondad de la humanidad no. La corrupción y destrucción fue demasiado intensa para poder erradicarla de sus corazones.

Bochica se sentía profundamente desilusionado por la maldad que Chía había desatado sobre el mundo, y aunque los dioses deseaban que la antigua guardiana de la noche fuese destruida, Bochica, aun amándola como una hija, se opuso a tal solución extrema y decidió darle un fuerte castigo: Chía fue despojada de sus poderes y fue encerrada en la luna de la que había sido diosa, condenada a ver cómo la humanidad intentaba reponerse de la maldad que ella había provocado. Así, los siglos pasaron y el nombre de Chía fue olvidado por los humanos. Bochica se hizo cargo de la antigua labor de la diosa de la luna y el mundo continúo girando.

Una historia interesante, ¿verdad? Seguro que sí. Apuesto a que todos ustedes piensan que Chía obtuvo lo que merecía al comportarse como una mocosa inmadura, ¿y saben algo? Tienen razón. Chía… yo… me equivoqué… me equivoqué de forma desastrosa. Ahora, por mi culpa, los humanos, aunque aún poseen bondad en sus corazones, también tienen oscuridad dentro de ellos, lo cual los ha llevado a múltiples conflictos y guerras, y aunque Bochica y los otros dioses hacen lo que pueden para ayudarlos, el daño ya está hecho. Estuve encerrada en la luna durante siglos. Muchos más de los que pude contar y tuve tiempo suficiente para contemplar las consecuencias de mis actos y arrepentirme de ellos. Sólo quería resarcir mis males… solo quería otra oportunidad… y entonces, sucedió.

Un día, de la nada regresé a la tierra. Poseedora de un cuerpo mortal, perdí mi vista y la mayoría de mis poderes. No sé quién me liberó de mi prisión. Seguramente fue Bochica… pero… ¿Por qué? ¿A causa de qué?... ¿acaso él y los dioses planean darme otra oportunidad?... no lo sé. Pero sé quién pueda decirme. Estoy ciega, pero aún siento dentro de mí una muy pequeña parte de mi poder. Eso me permitirá ubicarme por ahora sin la necesidad de mis ojos.

Es hora de buscar respuestas… es hora de visitar a Bachué.

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