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Gracias al trabajo de @guillerikko, este texto tiene opción de "audiolibro".

Asuka Langley Shikinami tiene 14 años. Y un culo. Evangelion 3.0 + 1.0 Thrice Upon a Time está encantada de recordártelo y dedica más momentos de los que nadie consideraría necesarios a observar el derrière de una adolescente. No necesita excusas: Asuka se tumba y ahí está, escorzo de su figura con los gemelos y su cintura. Toma pareado. Si te apuras, hasta puedes verle los pies. Mari Makinami tiene 16 años y, por supuesto, su correspondiente culo. Y tetas. Enormes. No lo digo yo, sino la película: Mari se presenta al principio y al final como aquella chica de las “tetas enormes”. Cuando otros se conforman con atisbar bragas a través de la minifalda o mostrar un escote en un plano fugaz, Evangelion 3.0 + 1.0 Thrice Upon a Time va más allá y te lo pone en la cara y en movimiento: puedes ver a Mari y Asuka moviéndose en gravedad cero con planos picados y contrapicados. Animar perspectiva es jodidísimo, pero nada se interpone en el camino de poner un buen culo adolescente en la pantalla.

Parte de la idea de Thrice Upon a Time señala cómo ya han pasado unos cuantos años y quizá deberíamos buscarnos otro hobby. La obsesión lleva a la autodestrucción, a un bucle eterno de sufrimiento, la prisión de los mismos errores una y otra vez porque nos hemos convencido de que necesitamos esto. Necesitamos Evangelion. La solución, al final de la película, es cortar el problema de raíz: Shinji Ikari rehace el mundo, pero esta vez sin mechas ni ángeles. Sólo personas viviendo el momento. A lo largo de toda la obra, Shinji se arrepiente y reflexiona sobre todo lo que ha pasado aquí, en la serie y en The End of Evangelion. Todo el mundo no para de decirle lo mismo, que ha madurado mucho. Ese progreso, esa limpieza, la catarsis real, deshacerse de la obsesión, es un buen paso.

Pero Rei también tiene su culo.

No lo vemos tanto, pero está ahí, de vez en cuando, bien delineado gracias al traje de piloto de EVA. Y está bien tener culos; yo tengo uno y lo estoy usando ahora mismo para sentarme mientras escribo estas mismas palabras, pero Thrice Upon a Time no se fija en el culo carpeta de Shinji o se pregunta a ver qué tal las nalgas de Gendo. Ni siquiera nos dan el placer de contemplar el pandero de Kaji, y eso sí que es imperdonable. Los culos que aparecen son femeninos y adolescentes, y no son extras de fondo precisamente: les dan más de uno y más de dos primeros planos.

En Evangelion, el cuerpo de Asuka también estaba sexualizado, pero ni de lejos en el mismo grado. Era ella quien quería ser objeto de deseo; quería que Kaji se la comiese con los ojos igual que hacía con Misato, quería que otros la vieran como la adulta que veía reflejada en el espejo. Asuka besa a Shinji porque cree que eso le hará llegar a alguna parte, la reafirmará, pero no. Está besando a un chaval de 14 años que no sabe por qué sigue volviendo a esa misma casa donde es más objeto que sujeto. Asuka me gusta como personaje porque se presenta como si fuera otra tsundere, otra Rin Tohsaka que se hace la dura hasta que le dices algo bonito y de pronto todo son sonrojos. No. Asuka sufre y no sabe cómo procesar ese sufrimiento; desearía que el tiempo pasara y cerrase todas sus heridas y que dejase de ser esa niña, inferior, un muñeco, insuficiente. Quiere ser útil no por ser la mejor, sino por ser alguien.Asuka odia y, cuando da una bofetada, no hay amor. Si pudiera, prendería fuego al mundo y vería a Shinji arder. Pero después lloraría y se sentiría vacía porque no sabe dónde está. No sabe qué quiere.

Asuka Langley Sôryû tiene 14 años.

Asuka Langley Shikinami se pasa todo el día jugando a videojuegos con una camisa medio abierta. Está a un gesto brusco de revelarnos sus pezones, y hasta entonces podemos conformarnos con verla en bragas. Es normal verla en tantísimos fanarts en posiciones más reveladoras; para muchos, es su primera waifu. Para otros, todavía lo sigue siendo, aunque nunca ella misma sino una imagen torcida, esa tsundere que resultaba no ser, alguien que sólo necesita un beso y un abrazo para derretirse. Rei también es una waifu, no me preguntéis por qué. He escuchado a algunos decir que Mari Makinami está ahí para romper esa tensión, que ni la una ni la otra, la best girl es ella. Shinji y Mari terminan juntos y los vemos correr hacia la edad adulta y una vida libre al terminar la película. “Búscate una chica de verdad y déjate de tonterías”, podría leerse. “Si Shinji ha acabado con alguien como Mari, tú tienes una oportunidad en el mundo del amor” es otra lectura. Yo qué sé. Pero es un cierre, y uno que rompe la idea de una guerra de waifus. Asuka y Rei no “ganan”; cada una tiene su propia catarsis independiente del amor respecto a Shinji, y eso es algo que aprecio. De nuevo, casi parece una invitación a alejarte de todo esto y pasar página, igual que él. Mari es un personaje nuevo de los Rebuilds, así que podríamos entenderla como fuera del canon.

Pero, cuando nos despedimos de Asuka, esta vez con 28 años, su traje está o roto o tan ceñido que bien podría estar desnuda. Vemos su escote, la cintura expuesta. Entiendo la idea: Asuka ha crecido de golpe y la ropa no ha podido aguantar el trote, pero esta es nuestra despedida. “Tranquilos, ahora podéis fantasear con este cuerpo. No es problemático.” Asuka se desvanece no sin que antes podamos verle el culo.

No sabría decir si Evangelion 3.0 + 1.0 Thrice Upon a Time es una buena o mala película. Lo digo en serio, soy incapaz de valorar esta obra porque no la percibo como algo a criticar. Está ahí, y ya. Si te gusta, perfecto y si no, pues también. Tranquilos, me he emocionado con el final, no dejo de ser humano y un fan, pero tras la despedida, queda un sabor extraño. A pesar de ser una película sobre pasar página y no mirar atrás, Thrice Upon a Time divide su mirada. No pierde el tiempo cuando hay una mujer en pantalla, y me pregunto qué mensaje queda al recordar esta película tan encantada con los culos de adolescentes. Estas son las imágenes que preceden a la despedida, y sí, el fanservice está ahí en el anime y Thrice Upon a Time no es ni de lejos, y mira que es triste decirlo, pero no es ni de lejos la obra con más fanservice que he visto. Pero Evangelion no se regodeaba de la misma manera en los cuerpos femeninos; al menos, cuando lo hacía, solía haber un motivo: que si Misato está más salida que el pico de una pala, que si Asuka piensa que un revolcón es lo que la separa de ser una adulta. Pero cuando la cámara se fija en cómo le cuelgan los senos germánicos a Mari Makinami, lo único que veo son dos tetas como dos carretas. Hola buenas qué tal. El final de esta película da a entender que había algo aún más profundo en la catarsis de Shinji y compañía; este es el best ending, la nota irrefutablemente positiva. Recuerdo cómo Anno quiso mandarlo todo a la mierda porque los autoproclamados fans le enviaban amenazas de muerte, querían que Evangelion fuera suyo. La escena que abre The End of Evangelion,Shinji masturbándose en el hospital, era un escupitajo en la cara. Pero aquí dan la nota final. Todos han ganado, y eso ahora les incluye a ellos. “No te sientas culpable de tener un dakimakura de Asuka en bragas.” “Tranquilo, Mari quiere que babees por ella, lo hace adrede.” “Ya tienes una edad, pero no para dejar de fantasear con estas chicas, así que hala, disfruta de este último banquete.”

No sé si es la mejor manera de pasar página, la verdad.

Comments

Molk

/insert Boromir "no es tan fácil deshacerse de una obsesión" IDK