Home Artists Posts Import Register

Downloads

Content

Gracias al trabajo de @guillerikko, este texto tiene opción de "audiolibro".

A todos aquellos que dicen que el arte ha muerto, no se están fijando en YouTube, y cuando digo “YouTube”, digo Twitter, TikTok, la difunta Vine, Instagram, Soundcloud y, en ocasiones, aunque generalmente no, Facebook. De vez en cuando estos pozos de miseria paren algo digno; ocurre pocas veces, pero existen vídeos cándidos grabados con inhumana habilidad para poner la cámara donde y cuando toca, fotografías que, casi por accidente, parecen cuadros. También hay gente con talento, no nos engañemos, pero en general la estética online es una de proximidad, mirarse a los ojos y el trato de tú a tú. Ya no se lleva tanto, pero aún recuerdo el tiempo en que Freddie Wong reinaba porque sabía hacer efectos especiales a un nivel decente; incluso hoy, canales como ContraPoints o PhilosophyTube destacan porque se molestan en decorar con un par de fondos, disfraces y hasta buena iluminación. Aquí, en esta serie de tubos, quedamos lejos de los estándares profesionales de la televisión y la fama tradicional. Durante tantos años, nos hemos mantenido separados, irreconciliables.

Y entonces llega el hijo de puta de Bo Burnham.

Inside no es lo que uno espera cuando se enfrenta a un monólogo. También es verdad que Bo Burnham no es lo que uno espera cuando se enfrenta a un monólogo: hay una precisión, un apoyo audiovisual y unos ritmos que se alejan mucho del simple “voy a contaros chistes desde aquí”. Incluso cuando algo sale mal, es porque Bo lo ha planeado. En esto que llega su nuevo especial, el primero en cinco años porque sí, el tiempo no tiene sentido y ayer era 2016 y estaba viendo Make Happy por primera vez. Pero Insideni siquiera tiene audiencia. No está ni en vivo ni en directo ni en nada. El propio Bo lo admite: va a desarrollar este show durante la marcha, y la producción durará lo que tenga que durar. Lo que nosotros vemos es un montaje que ahorra meses de silencio mirando una página en blanco, revisar una y otra vez tu melodía a ver si todavía sigue sonando igual de bien o ya estás hasta las narices.

Salvo que no.

O sí, no tengo ni idea.

Hay un juego con la cuarta pared en Inside. No hay un esfuerzo por ocultar cables, trípodes, pies o focos. A veces, Bo apunta desde el otro lado del pasillo para que podamos ver el desorden; en otras ocasiones, le vemos llorar, frustrarse o quedarse en blanco mientras prepara su siguiente número. El propio planteamiento es tan brutalmente irónico como efectivo: una sala desnuda sin más que la luz presentando la ocasión. Pura fachada. Ni siquiera hay atrezzo; todo lo que ves sirve para sostener un micrófono, encender una luz o es una pared, y la transición entre partes se marca con distintos fondos proyectados. Cine poético.

Por supuesto, esto de jugar con la cuarta pared y la relación creador-audiencia no es ninguna novedad en YouTube. Joder, que hasta yo lo he hecho. Parte de esa susodicha cercanía de la fama en html viene de eso, del acto autorreflexivo y cómo entablamos una conexión próxima, a veces emocionalmente desnuda, con nuestra audiencia. Vosotros me pagáis para que siga trabajando, votáis qué debería hacer a continuación; algunos veis mis directos, donde estoy ahí, al otro lado de la pantalla, haciendo sobre la marcha y aún con distancia entre nosotros, pero menos preparado, más crudo. La línea que ha demarcado la separación entre ambos mundos es una de artificio, y Bo la derriba y nos invita a cuestionarla constantemente.

Que conste que digo esto con todo mi respeto, pero en más de un sentido, Inside es un vídeo de YouTube realmente largo. No digo esto porque imite la forma para un chiste, porque sí, hay parodias a gameplays, los agradecimientos al final del vídeo o incluso a los Fine Brothers, pero El Ministerio del Tiempo tenía un personaje que era youtuber y tampoco es que hiciera tanto con eso. Inside es un vídeo de YouTube por su energía, por el diálogo unilateral que Bo entabla con nosotros, invitándonos casi a responder aun a sabiendas de que él ya no está ahí, que esto está cerrado. Cuando le vemos levantarse para dar un golpe, no hay un tercero ahí para grabar con música dramática, un zoom por aquí, cortes por allá. La cámara está sobre un trípode y vemos a Bo con la distancia de Haneke. Él dirige, escribe, actúa y edita, y está ahí. Cuando termina Inside, sientes que le conoces un poco más, incluso si esto no es verdad. Diré esto: Bo ha tenido muchos meses de preparación y en ese equipamiento hay miles, si no decenas de miles de dólares. Hay Gucci, hay partner, lo que viene siendo que se nota cómo Netflix paga bien. Ni yo ni ningún otro youtuber disponemos del tiempo o los recursos para marcarnos esta presentación. Pero también diré que el hijo de puta es hábil. He redescubierto la luz, literalmente, viendo este show, y si Bo puede marcarse esos planos, quizá yo debería empezar a pensar en hacer lo propio. Este es un juego normal en el mundillo: somos fotocopias los unos de los otros y la evolución ocurre por lo que unos empiezan, otros imitan y otros tantos perfeccionan. No descartaría que haya gente que tome notas de Inside para el futuro.

Pero aquí me estoy limitando a lo estético. Y para qué negarlo, ya sólo por la estética merecería la pena hablar de Inside; me turboflipa, porque no se me ocurre otra palabra, que Bo Burnham sea capaz de montarse estos juegos de luz, su dominio del color, de la forma, que pueda concebir algo tan inteligente como proyectarse a sí mismo dentro de su propia camiseta en blanco para que le veamos reaccionar a lo que acaba de decir.

Porque esa es la verdadera grandeza de Inside. No sólo es una obra que dialoga con el espectador, sino consigo misma. Bo mira hacia dentro, no por ególatra, sino porque es su peor crítico y sabe tan bien como cualquiera que haya hecho nada de cara al público lo fácil que es que otros te asocien una imagen, que te vean infalible, que piensen que siempre estás ahí, a tope. Y él no lo está. Quizá esté actuando cuando dice “no estoy bien” y rompe a llorar, pero eso es algo que debe haber sentido. En alguna parte de su interior, hay un Bo Burnham que todavía no ha encontrado consuelo. Pero lo ha logrado, el cabrón lo ha logrado. Inside encapsula el zeitgeistde una era hiperactiva, y si cambia constantemente de formato, si es incapaz de mantener la atención sobre un solo tema, si ahora es blanco y pasa a negro, si frena para cuestionarse qué cojones acaba de decir, es porque las cosas son así. Tenemos internet y las redes sociales y nuestros trabajos y un mundo que se va a la mierda y la realización cada vez más grave de las formas en que la opresión sistémica ha jodido a millones de personas y nosotros hemos sido cómplices en esta putada soberbia. No tengo TDAH, pero me cuesta mantenerme centrado en un solo pensamiento porque siempre hay algo; un proyecto, algo que acabo de decir, ese tuit, la película que quiero ver, aquella vez en que prendí fuego a una aldea en Kosovo. Incluso si sus letras no parecen ir a ninguna parte, hay ideas luchando por salir, temerosas de ser enfocadas: cuando Bo canta sobre el Instagram de las mujeres blancas, la imagen a veces pasa a estereotipos de hipermasculinidad. Su canción sobre lo problemático que es se limita a hablar de aquella vez en que se disfrazó de Aladínpero invita a reflexionar sobre tantas veces en que hemos sido gente horrible. Nos conocemos y tenemos miedo, sabemos pero hacemos como que no.

Inside no es un show sobre el confinamiento en la era del coronavirus sino un documento sobre el presente.

Comments

Anonymous

Vi ayer Inside y es brutal, como muchas veces Bo me ha hecho llorar, tengo muchas ganas de ver con que nos sorprende en el futuro. ¡Muy guay este texto y muchas gracias por el formato de audiolibro!

Molk

...unm... ¿sabes que podrías presentar así productos comerciales, como libros, aventuras de rol, juegos de mesa...? (ya sabes, los caminos del libre comercio son inescrutables... mas para un marxista...), es una idea. Yo ni sabia que estaba esa película en netflix

dayo

Sí que podría abrir los análisis a más cosas, aunque también quiero meter cosas en el podcast de ese tipo