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Hacia un rato que Joe y Noe habían terminado su primer encuentro consentido, ambos se habían quedado sentados en el suelo, Noe con su cara sobre el hombro de Joe y su mano sobre el pecho, y Joe sentado pensando, viendo hacia el pene flácido de Noe, recordando lo que el viejo Simón había dicho, que este probablemente nunca volviera a erguirse, y eso más que molestarlo lo entristecía...

"Noe", dijo Joe frotando su cara en la cabeza de Noe.

"que pasa?" dijo Noe frotando el pecho de Joe, mirando como el miembro de este comenzaba a despertarse nuevamente.

"Lot se molestaría si usamos su habitación?" dijo Joe algo sonrojado.

Noe rio, para después levantarse y ayudar a Joe a ponerse de pie, y guiarlo así a la habitación de su hijo.

"Supongo que deseas hacerlo otra vez", dijo el dragón colocándose de perrito sobre la cama de su hijo, "te parece bien así?" pregunto.

"No, recuéstate boca arriba por favor" dijo Joe mientras se acercaba a la cama.

"Oh, ok" dijo el dragón recostándose boca arriba y contrayendo las piernas, esperando que Joe las levantara y lo penetrara nuevamente, pero no fue así.

Joe se recostó, poniendo su cara sobre el miembro de Noe, y tomándolo con una mano se lo llevo al hocico y comenzó a chuparlo.

"J-Joe!, por qué?" pregunto Noe entre jadeos, el ver así a Joe lo hizo estremecerse, como nunca antes, se quedó ahí viendo a Joe, esperando una respuesta, y admirando al oso quien sin problemas metía toda su enormidad dentro de su hocico y garganta.

Por esa razón Joe no respondió aquella pregunta, el oso chupaba completamente la enormidad del Dragon, apenas unas lágrimas se derramaban por sus ojos, por aquel esfuerzo, y mientras lo hacía sentía como aquello se alargaba, se endurecía en su boca, lo cual lo sorprendió y alegro... aunque solo un momento antes de sentir como ahora si comenzaba a ahogarse con la inmensidad palpitante.

*NGH!... UGH!!... PPFFFT! * el pene de Noe salió despedido de la boca de Joe quien comenzó a toser y agarrarse la garganta.

"estas bien?, porque hiciste eso?" dijo Noe mientras sobaba la espalda de Joe, quien se encontraba sentado en la cama tosiendo aun y limpiándose las lágrimas.

Cuando se hubo respuesta el pene de Noe había perdido parte de su erección e incluso el también, y dando un suspiro comenzó a hablar.

"Perdiste la erección, lo siento, supongo que es difícil para ti mantenerla después de lo que paso, el viejo simón me lo dijo, que a partir de ahora te resultaría más difícil mantenerla erecta" dijo Joe triste viendo al suelo.

"que?, enserio eso te dijo?" pregunto Noe mientras veía a Joe.

"sí, y lo siento, han pasado cosas en mi vida que... me hicieron reaccionar así, yo... yo no quería perjudicarte o tal vez sí, no lo sé, fui un imbécil" dijo mientras se frotaba la frente con una mano.

"Yo me lo merecía, hice algo que no debí, y también lo siento, sé que no tengo excusa, pero cuando te vi fue como si algo dentro de mi despertara, te veías tan lindo, tan frágil y solo, al principio solo quería besarte, pero después no pude detenerme e hice lo que hice, por eso no eres tú quien deba disculparse" dijo Noe acariciando su espalda.

Entonces Joe volteo a ver a Noe quien le sonreía sinceramente, el oso no pudo evitarlo y le dio un beso, pero no como los anteriores, este beso era tierno, lindo, cálido.

Noe se sonrojo y rio alegremente.

"Además no deberías preocuparte por eso, mira" dijo Joe señalando la bella erección que se levantaba palpitante entre sus piernas.

"Eh?, pero cómo?" dijo Joe mirando sorprendido el miembro de Noe, el cual era fácilmente más grande que el de él, igual de grueso sí, pero esa cosa era una bestia.

"Supongo que Don Simón te lo dijo solo para fastidiarte, no lo sé" rio Noe.

"Ese maldito viejo, me las va a pagar!" dijo molesto Joe, con la erección entre sus piernas.

"De todos modos, no importa si se erectar o no, a final de cuentas tú vas a ser el macho de la casa, y yo la hembra, bueno si... si te gustaría ser mi pareja claro", dijo sonrojado Noe y como una colegiala que se acaba de declarar y esperando la respuesta se encontraba el dragón con la cara viendo al suelo, las manos jugueteando entre las piernas y el corazón palpitándole aceleradamente.

Joe miraba a Noe sorprendido, "el... él se me acaba de declarar, es enserio?" pensaba, mientras su corazón daba brincos en su pecho alegre.

"No" respondió Joe, "no quiero".

Noe lo miro impávido, un escalofrió corrió por su cuerpo, sentía un dolor agudo en el pecho, quería llorar, ese enorme fuerte y duro dragón sentía que se rompía y lo único que quería era llorar.

"No si solo seré yo el macho" dijo Joe mirando hacia otro lado sonrojado.

Los colores le volvieron al cuerpo al dragón, su corazón se calmó y luego se aceleró, miraba al oso al lado del sonrojado, y entonces su miembro se erecto como hace años no lo hacía, chorreando pre como loco, la respiración se volvió acelerada en él, y levantándose de la cama, se colocó frente a Joe, para después inclinarse quedando cara a cara con él.

"eso quieres?" pregunto Noe.

el oso asintió tímidamente.

Con un movimiento el hocico de Noe se encontró nuevamente con el de Joe, y empujándolo hacia abajo, lo recostó en la cama, y sin que Noe lo pidiera, las piernas de Joe se levantaron para él y así nuevamente el culo de Joe se vio frente a la bestia de Noe.

Mientras las caricias y besos entre ambos marcaban el ritmo, el pene de Noe se acercó y se empujó con suavidad contra el ano del oso, el cual lentamente cedió ante él, pero como un maestro Noe entro poco a poco, pendiente de los movimientos y expresiones del oso, quien jadeaba y gruñía al avance de aquello en su interior.

Poco a poco, las entrañas de Joe se abrieron al paso de Noe, hasta que sus bolas chocaron contra sus nalgas, mientras Joe jadeaba y se estremecía, de placer, el maldito dragón era todo un experto y sin poderlo evitar el oso se vino sobre su pecho mientras jadeaba y apretaba el culo alrededor del pene de Joe, el cual sonreía viendo al oso rendido ante él.

Apenas comenzaba a sacar su pene cuando las manos agarraron por la cintura al dragón.

"Que haces?" pregunto Joe.

"te viniste, así que te dejare desca..." decía Noe pero fue interrumpido por Joe.

"Tu aun no, termina, o no aceptare esta relación!" dijo con un ligero gruñido.

"Bien, si es lo que quieres" dijo Noe, y empezó a moverse de arriba abajo, movimientos circulares, lentos, rápidos, fuertes, que hacían gritar al oso, quien sin poder creerlo veía como su miembro eyaculaba otra vez y otra y otra.

Conforme el tiempo pasaba las piernas del oso se abrían, casi como este pidiera más del dragón en su interior, más de ese placer que nunca había sentido, aquellos movimientos lo habían vuelto loco, sonreía, jadeaba, gritaba.

Y así de pronto su vientre se sintió cálido, y este comenzó a inflarse, mientras el dragón gruñía y su cuerpo se ponía rígido, el oso miro al dragón y sonrió, estaba feliz había soportado a ese gran macho y ahora su semilla corría dentro de su ser, marcándolo para siempre como suyo.

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