Home Artists Posts Import Register

Content

Antes de comenzar os recuerdo rápidamente que si prefieres escuchar este relato (como si fuese un JOI) en vez de leer, simplemente pulsa aquí (he subido a la vez la versión escrita y la versión audio).

Lo que vas a leer a continuación es el capítulo 20 de mi próxima novela, una novela muy novedosa donde el protagonista (tu) recibirás instrucciones específicas para masturbarte. Para leer los capitulos anteriores puedes hacer click aquí.


Capítulo 20 – Reencuentro

Ha pasado un día desde la visita de Yara y sigues encerrado. Sin embargo, tu actitud ha mejorado, ya no estás desolado ni confuso. Si todo iba bien, podrías ver a Elpha de nuevo. Ella podía ser terca a veces, pero esperabas que entendiese y aceptase el trato de Yara.

Al recordar la propuesta que la reina te hizo ayer, no pudiste evitar pensar lo que habíais hecho junto con Donata hacía solo unas horas. Tu polla se puso inevitablemente dura al recordarlo, incluso te apetecía masturbarte, pero no procedía hacerlo estando prisionero. Tuviste que aguantarte las ganas.

Unos minutos más tarde sonó una puerta en la prisión. A veces la habrían para traerte la comida, pero esperabas que esta vez fuesen buenas noticias.

-Elegido, te traemos una sorpresa.

Era la voz de Yara. Lo que no podías imaginar era quien venía con ella.

-¡Elpha! – Exclamaste.

Ella se abalanzó sobre ti y tu sobre ella. Lo único que impidió el abrazo fue los barrotes que os separaban.

-Guardias, dadme la llave y esperar fuera. – Pronunció Yara.

-¡Estoy harta de que nos separen! Yo solo quiero estar contigo. -Dijo Elpha apenada.

-Yo también. Respondiste.

Los guardias se marcharon y Yara abrió la puerta. Ambos os fundisteis en un cálido abrazo.

-Vamos a estar aquí todo el tiempo que necesitéis, pero no hagáis ninguna tontería. – Remarcó Yara.

-No lo haremos Yara, gracias por traer a Elpha conmigo. ¿Estás bien Elpha? ¿Te han hecho daño?

-Estoy bien, no te preocupes.

Ambos estuvisteis hablando unos minutos sobre trivialidades, pero poco después hiciste la pregunta clave.

-Bueno Elpha… ¿Qué piensas entonces sobre salvar el mundo?

-¿Acaso tengo elección? – Dijo desafiante mientras miraba a Yara.

-Supongo que si estás aquí es porque has accedido, pero quiero saber lo que piensas de verdad.

-Pienso que es demasiado arriesgado. Yo no lo haría, pero lo haré si es lo que tú quieres.

-Elpha, me gustaría hacerlo. Quiero salvar el mundo contigo.

-Muy bien, hagámoslo entonces, pero si te pasase algo… no sé lo que sería capaz de hacer.

-Sé que es muy pronto para hablar de esto, pero… -Interrumpió Yara. ¿Sabéis que deseo tenéis que pedir en el monte del destino?

-¿Qué las brujas abandonen el reino de los humanos? – Dijiste dudoso.

-Eso no soluciona el problema, podrían llevarse a los humanos al salir.

-Tienes razón. ¿Entonces? ¿Has pensado algo?

-Lo que voy a decir no os va a gustar, pero… creo que deberíais pedir que las brujas dejen de tener poderes.

-¿Cómo? – Exclamó Elpha muy sorprendida.

-Mirad, el deseo debéis pedirlo vosotros, solo quería daros esa opción. Si se os ocurre algo mejor estupendo, pero pensadlo seriamente estos días, es la parte más importante de la misión y no podréis volver a hablar entre vosotros hasta que os encontréis en el monte del destino.

Mientras Yara hablaba, Elpha la escuchaba con atención, menos alterada de lo que cabría esperar.

-¿Podemos salir ya de la prisión? – Preguntó Elpha.

-En unos minutos podréis salir, cuando sea de noche. El plan es que vayáis directos a vuestra habitación sin que nadie os vea para evitar preguntas. A partir de mañana, cuando os pregunten, tendréis que decir que habéis estado enfermos en el hospital del castillo. Ya hemos hablado con las enfermeras para que también mantengan la mentira. ¿Tenéis más dudas?

-Creo que no. – Dijiste aliviado.

-Vale, pues durante las próximas semanas tendremos muchas reuniones en la gran sala redonda para planearlo todo, tendréis que dejar vuestro empleo en la sala de control.

-Muy bien. – Respondió Elpha.

-Estupendo. Me alegra haber solucionado la situación. Yo debo marcharme ya, pero vosotros seguiréis aquí un rato más hasta que entre la noche, como hemos acordado. Esperad aquí mientras tanto, los guardias os avisarán cuando podáis salir.

-Gracias por todo Yara. – Respondiste.

-No me las des. Al final solo os estoy forzando a salvar el mundo. No me gusta tener que hacer las cosas así, pero no tenemos elección. Debo marcharme, nos vemos en la próxima reunión.

Yara se fue y ambos quedasteis a solas.

-¿Te han hecho daño? – Te preguntó Elpha.

-No. La difícil ha sido no saber nada de ti durante tantos días, pero yo estoy bien. Me alegra ver que tú también.

-Lo mío tampoco ha sido fácil. Me tenían atada a la pared.

-¿En serio? -Dijiste enfadado.

-Pero puedo entenderlo. Si me dejaban moverme podía lanzar magia, tuvieron que hacerlo para que no escapase. De hecho, los primeros días, si hubiese podido, lo habría intentado, pero al cabo de unos días se me acabó el poder mágico, por lo que me desataron y pude estar más cómoda.

-Pues en mi caso ha sido al revés. Ha sido aburrido estar aquí, pero estuve cómodo. Incluso una vez vinieron Yara y Donata para pedirme semen.

-¿En serio? ¿Pero fueron ellas las que te lo sacaron?

-Sí. Les dije que si lo querían tenían que hacerlo ellas. – Dijiste con una mirada picaresca a Elpha.

-¡Pero bueno! -Elpha sonrió incrédula y te agarró del brazo para zarandearte. – Ni estando en una prisión pueden evitar echarte un polvo. Y yo muerta de ganas por follar contigo.

-No te preocupes, esta noche nos ponemos las botas. – Dijiste travieso.

-¿Tiene que ser esta noche? ¿No puede ser ahora? – Respondió ella más traviesa aún.

-No creo que ahora sea una buena idea, los guardias podrían entrar en cualquier momento.

-¿Y si lo hacemos disimuladamente?

Elpha puso su mano sobre tu entrepierna con la intención de palpar por encima del pantalón hasta encontrar tu polla.

ACCIÓN: Comienza a acariciar tu polla por encima del pantalón.

-Si haces eso no voy a poder controlarme cuando lleguemos a la habitación.

-Eso es justo lo que quiero.

Elpha acercó su boca a tu mejilla y mordió con suavidad el lóbulo de tu oreja para excitarte todavía más. Inevitablemente tu polla se ponía cada vez más dura, cosa que Elpha notaba perfectamente en sus manos.

-Me encantaría seguirte el juego, pero no quiero que los guardias nos pillen cuando entren. – Dijiste acalorado.

-Me parece bien, ya me meterás caña cuando lleguemos a la cama. – Dijo Elpha mientras te besaba el cuello con intensidad. -Tu solo disfruta.

-No quiero disfrutar solo yo. – Suspiraste cada vez más excitado.

-No seas tonto, relájate y disfruta de lo que voy a hacerte.

En ese momento, Elpha soltó momentáneamente tu polla para deslizar la mano por tu muslo y colarse debajo de tu pantalón. Tu ropa de prisionero no contaba con ropa interior, por lo que su mano se encontró con tu sexo desnudo fácilmente.

ACCIÓN: Mete la mano en el interior de tu pantalón y de tu ropa interior para llegar hasta tu polla y mastúrbate lentamente de esta forma, sin quitarte ninguna prenda.

-¿En serio quieres hacer esto aquí y ahora? – Preguntaste sorprendido.

-Sí. -Respondió excitada mientras volvía a besarte el cuello.

-Vale. Me rindo, haz lo que quieras, me está gustando demasiado. – Dijiste dejándote llevar por sus encantos.

-Jajajaja, me encanta excitarte. ¿Qué más cosas te gusta que te haga en la cama? – Preguntó traviesa mientras seguía masturbándote.

-Me gusta tu forma de besarme el cuello, me pone muchísimo.

-¿Sí? En ese caso…

Al escuchar tus palabras, puso sus labios en tu cuello y chupó con fuerza con la intención de hacerte un buen chupetón. Su forma de hacerlo te puso a cien por hora. Después, volvió a hablar.

- ¿Qué más cosas te gusta que te haga?

-Cuando nos besamos con lengua hasta el fondo.

-Eso a mí también me encanta.

Con la mano que Elpha tenía libre, te giró la cabeza y te besó con fuerza para hacer justo lo que le habías dicho. Vuestras lenguas comenzaron a rozarse y girar mientras vuestra saliva se mezclaba sin parar. La excitación tu cuerpo aumentaba incontrolablemente.

ACCIÓN: Mastúrbate a velocidad media como lo estás haciendo hasta ahora, sin sacarla del pantalón.

Elpha podía sentirte cada vez más caliente, por lo que decidió subir un poco el ritmo. Pudiste comprobar como ella no vacilaba en sus acciones, realmente tenía ganas de hacerte terminar allí mismo. Además, dejó de besarte para seguir poniéndote a tono.

-Venga, sigue diciéndome cosas que te gusta hacer conmigo en la cama.

-Me gusta follarte.

Estabas tan obnubilado por los encantos y estímulos de Elpha que ni siquiera podías pensar que decir, pero Elpha respondió algo que activó tus sentidos de nuevo.

-Jajajaja ¿No se te ocurre nada mejor que decirme? ¿Te vas a correr ya y por eso no estás atento? Venga, todo lo que me digas ahora te lo voy a hacer hoy en la cama. Sigue diciéndome que cosas te gusta que te haga.

Sus palabras te pusieron a mil por hora, tanto que empezaba a apetecerte correrte en sus manos. ¡Pero no podías desaprovechar esta oportunidad!

-Me gusta cuando me la chupas hasta el final.

-Jajajajaja. ¿Cómo que hasta el final? – Dijo Elpha mientras pasaba la lengua por tu cuello.

-Hasta que me corro y te lo tragas todo.

-Es que me encanta tu semen. Cuando lleguemos a la habitación te lo haré. ¿Qué más te gusta?

-Me gusta comerte el coño hasta que te corres en mi cara.

-Jajajajajajajajajajaja. – Tu comentario le gustó muchísimo a Elpha. -Tan amable como siempre. Vale, te creo, sé que te gusta complacerme, pero hoy quiero que me digas solo cosas que yo pueda hacerte a ti. Quiero dejarte seco haciendo todas las cochinadas que te guste hacerme en la cama. Venga, dime que más quieres que te haga hoy.

Te entraron todavía más ganas de correrte en sus manos, pero también querías seguir con el juego.

-Me gusta metértela por el culo.

-Sé que te gusta. Hoy te dejaré hacerlo. Venga, sigue.

-Me gusta cuando te subes encima y eres tú la que se mueve cabalgando mi polla.

-Te lo haré hoy dos veces seguidas entonces. Dime más.

-Quiero correrme en tus pechos.

-¿Qué más?

-Quiero que me pongas las tetas en la cara mientras follamos.

ACCIÓN: Mastúrbate rápido sin sacarla del pantalón.

Lo que estabais haciendo y diciendo estaba saliéndose de control. La conversación en sí mismo era como tener sexo. Todo iba cada vez más rápido, posiblemente te quedaba poco para terminar.

-Venga, sigue.

-Quiero follarte a cuatro patas.

-Me encanta cuando me lo haces así. ¿Qué mas quieres?

-Quiero que te sientes en mi cara y me hagas una paja.

-¡Oye! No hemos hecho eso nunca, pero me gusta la idea. Venga, sigue.

-Quiero correrme en tu cara.

-Jajajajaja ¿En mi cara o en la boca? En qué quedamos.

-Y en tus pies.

-Sé que te gustan mis pies. Si quieres también te masturbo hoy con ellos.

-Me encantaría.

Elpha te hablaba suavemente al oído mientras seguía masturbándote rápido. Cada vez te costaba más concentrarte.

-Que más quieres.

Meterla entre tus tetas y que masturbes con ellas.

-Y que más.

-Y que me la chupes.

-Jajajajaja, eso ya lo has dicho.

-Elpha, voy a correrte.

-Venga, hazlo, córrete en mis manos.

Tu semen estaba apunto de salir. Elpha lo estaba haciendo de maravilla, sus cálidos dedos agarraban a la perfección tu polla y se movían sin parar para hacerte terminar. No había vuelta atrás. Justo en ese momento en el que estabas a punto de explotar hubo un ruido que os sobresaltó un poco, el de la puerta de la prisión abriéndose, pero ya era demasiado tarde para parar.

ACCIÓN: Córrete dentro de tu ropa interior.

Comenzaste a correrte justo cuando la puerta sonó. Sentir su cálida mano envolviéndote y manchándose con tu semen se sentía muy bien. Por otro lado, Elpha se asustó al escuchar la puerta, por lo que dejó de moverse, aunque siguió dejando su mano dentro del pantalón, rodeando tu polla.

Solo unos segundos después llegaron los guardias. Eran 3 y al entrar no prestaron atención a lo que estabais haciendo.

-Ya podéis salir. – Dijo uno de los guardias.

-Vamos a estar aquí unos minutos más. Dejad la puerta abierta. – Respondiste intentando aparentar firmeza.

Tus palabras les desconcertaron. En ese momento prestaron más atención a la escena y no les costó mucho entender lo que estaba pasando.

-Guardias, esperemos fuera.

Rápidamente los tres salieron de allí. La tensión que se había formado en el ambiente se liberó de golpe cuando se fueron.

-¡Qué vergüenza!. -Te dijo Elpha con su mano todavía en tus pantalones.

-Jajajaja. En esta isla todo el mundo folla sin parar, seguro que no les ha sorprendido tanto.

Elpha se había reído mucho durante el sexo, pero esta vez eras tu quien reía con la situación, seguramente ya más relajado tras haberte corrido. Tras escucharte reír, Elpha, sacó la mano de tu pantalón lentamente y se miró los dedos, llenos con tu semen. No dudó ni un instante en metérselos en la boca.

-¿Entonces con qué empezamos hoy? – Dijo traviesa mientras se chupaba los dedos.

-No creo que pueda hoy con todo lo que hemos dicho. ¿Lo que no hagamos hoy podemos hacerlo mañana?

-Quiero que me hagas lo que quieras cuando quieras.

-Vale, pues creo que ahora te pondré a cuatro en la cama, me apetece correrme bien dentro de ti.

-No te puedes ni imaginar lo cachonda que estoy, así que venga, vamos rápido.

-------------------------------------------

Esto es todo por ahora, espero que os haya gustado este capítulo.

Recordad que mi primera novela erótica "Cómo me convertí en Maid Sexual" ya está disponible en Amazon España y en Amazon Internacional y si eres miembro de mi Patreon puedes leer la novela completa gratis haciendo click aquí.

Files

Comments

No comments found for this post.