Home Artists Posts Import Register

Content

Esta es una larga historia donde cuento poco a poco como me convertí en una Maid sexual totalmente entregada. 

Te recomiendo comenzar a leer este relato por el principio (pulsa aquí para ir al primer capítulo). 

También puedes acceder de forma organizada y rápida a todos los capítulos si pulsas aquí. 

Cuando termine todos los capítulos comenzaré a reescribir esta misma historia en forma de novela e intentaré publicarla en físico (lo que viene siendo un libro). Es uno de mis objetivos marcados en Patreon si llegábamos a 100$, gracias por vuestro apoyo.

CAPÍTULO 20 

¿DESCANSO?

Era el turno de Cristina y era una de las que me tenía más intrigada, la había visto ser muy sumisa, pero también muy dominante y para colmo yo comenzaba a estar un poco cansada, lo cual era bastante lógico después de tanto sexo.

-Cristina: Déjame ver.

Ella se acercó a mí y me cogió de la mano.

-Cristina: Tus uñas no son muy largas, tus manos son suaves y no son muy grandes a pesar de que eres alta, creo que servirá.

Ella estaba examinando con detenimiento mis manos y yo no era capaz de averiguar el porqué.

-Cristina: Si no me equivoco todavía no te has negado a nada desde que estás en la mansión, pero quizás esto te dé bastante reparo.

Mi corazón comenzó a bombear con fuerza al sentir que iba a volver a hacer algo nuevo para mí. Decidí no decir nada y mirarla con amabilidad, esperando que ella siguiese hablando.

-Cristina: Me gustaría que metieses tu mano dentro de mi coño y hagas que me corra.

Estaba impactada, esto me parecía algo bastante extremo. ¿Se refería a toda la mano? ¿Sabría hacerlo correctamente?

-Cristina: Puedo entender que quizás a esto no te atrevas.

-Yo: ¡No! No es eso. Es que… no sé si podré hacerlo bien, no quiero hacerte daño.

-Cristina: Con eso que acabas de decirme estoy segura de que lo harás bien. El truco es hacerlo suavemente, con delicadeza. Seguro que tú puedes hacerlo así. 

-Yo: Pues… si quieres, no me importaría intentarlo.

-Cristina: Me hace muchísima ilusión que lo hagas, yo te diré como tienes que hacerlo.

Pude ver una sonrisa sincera en su cara mientras hablaba conmigo, estaba realmente ilusionada y yo me estaba empezando a excitar pensando en lo que iba a hacer.

Charlotte se acercó a nosotras y nos dio un pequeño frasco con lubricante. ¿De dónde lo había sacado tan rápido? Seguramente en esta casa hay cosas así en cada esquina.

-Cristina: ¿Empezamos?

-Yo: Vale.

Ella comenzó a quitarse la ropa y yo o podía parar de pensar en si lo haría bien. Antes de darme cuenta Cristina ya no tenía sujetador y solo le quedaban sus bragas. Se acercó al cojín que estaba en el suelo y se agachó, no para cogerlo, si no para tumbarse, poniendo el cojín bajo su cabeza y abriendo las piernas frente a mí.

Yo me senté en el suelo frente a sus piernas abiertas. Ella seguía llevando las bragas pero se veían claramente mojadas.

-Cristina: Me gustaría que para esta ocasión os acerquéis todos para que lo veáis bien cerca, eso me excitará más todavía.

Todos se acercaron a menos de un metro de nosotras y se sentaron, ¡estaba muy nerviosa!, parecía algo bastante delicado y complicado.

-Cristina: Me gustaría que fueses tu quien me quite las bragas.

-Yo: Pues claro.

Me acerqué a ella con sensualidad y retiré sus bragas lentamente, dejando bien expuesto su coño abierto.

Cuando vi ese coño pensé que definitivamente era bisexual y es que me excité mucho al verlo. Me puse cachonda al pensar que iba a meter mi mano ahí, era un coño precioso, totalmente depilado y bien abierto, incluso ya estaba muy mojado.

-Cristina: Ve lubricando bien toda tu mano, tienes que dejarla muy resbaladiza, no tengas miedo da gastar lubricante.

Charlotte estaba cerca y cogió el frasco con lubricante para dispensármelo ella directamente, yo solo tuve que poner la mano.

La verdad es que me sorprendió la cantidad que me echó, era casi todo lo que tenía el recipiente. Tras dejarlo todo en mi mano yo me embadurné la mano con aquel mejunje para que quedase bien resbaladiza.

-Cristina: Que llegue hasta la muñeca.

-Yo: Muy bien.

Al cabo de unos segundos ya tenía la mano totalmente resbaladiza y pringosa (y mi otra mano estaba casi igual después de usarla para aplicarme bien el lubricante).

-Cristina: Ah…

Cristina había expresado un pequeño gemido, un gemido un poco injustificado ya que todavía no habíamos empezado.

-Cristina: Creo que tú y yo nos parecemos. Yo puedo llegar a tener orgasmos cuando estoy muy cachonda sin necesidad de que me penetren, tal y como te ha ocurrido a ti hace un momento con David y Nuria. Solo de pensar en lo que vamos a hacer y teneros a todos tan cerca me está poniendo muy burra.

Ella estaba tan cachonda que no pudo evitar gemir incluso sin haber empezado, eso me gustó bastante. Si es tan sensible eso me ponía las cosas más fáciles.

Pon ahora un poco de lubricante también en mi coño antes de empezar.

Fue Charlotte la que le puso lubricante en su vagina, dejándolo caer de forma bastante superficial, esperando que fuese yo quien terminase de untarlo correctamente.

A veces era consciente de que yo era allí la más tímida (en parte porque era la nueva) pero otras veces me gustaba ser la más provocadora. En este caso le eché valor y decidí untarle el lubricante con mi lengua, por lo que acerqué mi cara hasta su coño para hacerlo.

-Cristina: ¡Pero!... Ah… Ahhhh… AHHHHhhh…

Empezó a gemir muy fuerte y agudo. Yo no hice nada especial, solo me aseguré con mi lengua de que el lubricante estuviese bien repartido por todo su sexo, pero sus gemidos eran desmesurados, como si la estuviesen follando. Entendí que aquella decisión que tomé al usar me lengua fue un acierto. Cuando terminé me retiré para escuchar de nuevo sus indicaciones, pero ella necesitó unos segundos para recomponerse.

-Cristina: Bueno… entonces…

No pude evitar reír levemente con amabilidad. Ella siguió hablando.

-Cristina: No es la primera vez que hago esto, Charlotte ya me lo ha hecho antes.

-Lola: Ahora yo también tengo ganas de probarlo.

Todos reímos con el comentario de Lola.

-Nuria: Pues conmigo no contéis.

Todos volvimos a reír, fue un momento bastante agradable que me hizo conectar con todos un poco mejor.

-Cristina: Nunca he querido que me lo haga un chico porque ya sabemos que ellos son muy brutos. Además sus manos son más ásperas y la de las chicas son más suaves. 

Lo que decía tenía bastante sentido, si tuviesen que hacérmelo a mí preferiría que fuese una chica, no solo por todas las razones que había dicho Cristina, si no porque además todas las chicas tenemos coño y creo que saben un poco mejor como deberían hacerlo.

-Cristina: Para meter la mano lo ideal es que la pongas como si imitases el pico de un pato con la mano, como si tuvieses que intentar que todos tus dedos se toquen a la vez.

Su explicación fue muy ilustrativa (si lo hacéis en casa rápidamente entenderéis como tenéis que poner la mano).

-Cristina: Y eso es todo, ya solo tienes que entrar poco a poco. Tu mano es más grande que la de Charlotte así que quizás no entra, pero me gustaría intentarlo.

Llegó el momento de la verdad. Lentamente acerqué mis dedos hasta que tocaron directamente con ella.

Esta vez ella no habló ni hizo ningún ruido, pero cuando la miré estaba colorada como un tomate. Entendí que estaba cachonda pero se estaba reprimiendo para poder seguir dándome instrucciones.

Poco a poco empuje y todo fue fácil hasta que entraron la mitad de mis dedos, en ese punto empecé a sentir algo de resistencia.

-Cristina: Ahora si quieres mételos y sácalos como si me follases con ellos y pomo a poco intenta meterlos más adentro.

Hice lo que me dijo y comencé a meter y sacar mi mano lentamente. Mi mano seguía con forma de pico de pato mientras lo hacía, por lo que meter el principio de la mano era fácil, pero cuando penetraba más profundo la forma de la mano se ensancha, por lo que se volvía más difícil.

-Cristina: Intenta meterlo más profundo, no te preocupes por mí, si me duele te lo digo.

Decidí hacerle caso y achuchar lentamente. Olvidé por un momento el ‘’mete-saca’’ y decidí hacerlo de nuevo con lentitud, pero sin duda el jueguecito anterior le había dilatado el coño y ahora entraba mejor.

Tras meterle prácticamente los dedos por completo llegó el momento crítico, la zona más ancha de la mano, los nudillos.

No podía evitar sentir que no entraba y que si forzaba podría hacerle daño, en ese momento Charlotte hablo.

-Charlotte: No tengas miedo, ella está muy abierta, si lo haces lento no le va a doler.

Charlotte me dio ánimos pero yo seguía insegura.

-Yo: Creo que voy a hacerte daño si lo meto más.

-Cristina: Inténtalo por favor, lo estoy deseando.

Recuerdo que el mi corazón bombeaba con fuerza, como si fuese a hacer daño a alguien, pero lo intenté y comencé a apretar. Al principio no entraba y lo que hacía era que la movía a ella entera.

-Cristina: Deja ahí la mano, no la muevas.

Ella decidió mover todo su cuerpo en vez de tener que mover yo mi mano. Acercó su cadera a mi mano y entonces entendí que yo no podía retirarla, al final me lancé y apreté con bastante fuerza… y de repente, entró, entró como si absorbiese mi mano.

-Cristina: AHHHH SIIIIII. AHHHHH SIIII.

No estaba haciendo nada pero ella gemía con fuerza, aquello le daba un gran placer. De repente a mi cuerpo llegó un torrente de hormonas y comencé a excitarme yo también, era justo en este momento cuando estaba disfrutando de aquello, incluso empezó a gustarme como se sentía tener la mano ahí dentro.

-Yo: Ahora me siento mejor, incluso me está gustando tener la mano dentro.

-Cristina: Si la mueves me voy a morir de placer.

Eso hice. No hice el movimiento de sacar y meter, si no que simplemente empecé a mover mis dedos dentro de ella

-Cristina: Uffffffff, joder, esto es increíble.

-Yo: A mí me está gustando también.

-Cristina: Me está gustando tanto que creo que voy a orinarme un poco. ¿Te molesta?

-Yo: Me encantaría que lo hicieses.

Ella se refería al squirt, un tipo de eyaculación femenina que muy pocas mujeres consiguen sentir. Me sentí bien al pensar que podía provocarle uno.

-Cristina: Vuelve a meter y a sacar la mano un poco.

Al sacar la mano también sentía un poco de resistencia y había que hacer un poco de fuerza, como si fuese el cuello de una botella. Cuando la parte más gruesa de mi mano (la zona de los nudillos) pasaba por ese ‘’cuello de botella’’ era cuando claramente ella sentía más placer.

-Cristina: DIOSSS SIIII, AHHHH.

Solo había metido y sacado la mano un par de veces pero ella claramente estaba cerca de un gran orgasmo.

-Cristina: ¿Puedes intentar cerrar el puño dentro de mí?

Yo tenía la mano de nuevo dentro en ese momento así que simplemente cerré lentamente el puño. Se sentía realmente bien.

Al cerrarlo por completo ella comenzó a gemir.

-Cristina: No puedo más… haz lo que quieras conmigo, esto es demasiado placentero.

Yo intenté sacar la mano con el puño cerrado pero para mi sorpresa con la fuerza que estaba usando antes no pude. Entendí que con el puño cerrado ahora era más difícil sacar la mano, sin embargo con ese intento ella tuvo un orgasmo.

-Cristina: AHHHHH, diosssss. Hazlo de nuevo.

Yo volví a hacer lo mismo, moví mi mano dentro de ella con el puño cerrado, pero esta vez no lo hice una vez, si no varias para darle placer y conseguir que terminase de correrse.

-Cristina: ¡Siii! ¡Me corroo! Ahhhh, ahhhh, ahhhh.

Finalmente hice más fuerza y mi mano consiguió salir casi por completo de su vagina y unos instantes después sentí como ella expulsaba un líquido que manchaba mi mano.

-Cristina: SIIIIIIII… SIIIIIIIII

Yo saqué lentamente la mano, como si fuese un pene que acaba de correrse, con mucha suavidad. Era curioso ver su coño después de aquello, nunca había visto uno tan abierto.

-Cristina: Ha sido increíble, de verdad.

-Yo: Yo me lo he pasado muy bien también.

-Cristina: ¿Puedo quedarme aquí tumbada un rato mientras seguís?

-Charlotte: Claro.

Cristina estaba en el paraíso tras el fisting y yo volvía a estar muy cachonda después de haberlo practicado con mi mano.

-Roberto: Creo que me toca a mí ahora.

Solo quedaban Roberto y Charlotte. ¿Charlotte era la última? Todo era como un sueño, me gustaba pensar que ella sería la que finalizaría conmigo, pero me gustó más que ahora le tocase a Roberto porque tenía muchas ganas de un buen rabo dentro de mí.

En el siguiente capítulo os contaré lo que me hizo, fue genial.

Si pulsas aquí podrás ver y leer el siguiente capítulo (excepto si este es el más reciente). Normalmente escribo un nuevo capítulo cada semana.


Files

Comments

Anonymous

Buenos días no sé si una chica te ibas las aportaciones o sueño se ha cumplido