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Esta es una larga historia donde cuento poco a poco como me convertí en una Maid sexual totalmente entregada. 

Te recomiendo comenzar a leer este relato por el principio (pulsa aquí para ir al primer capítulo). 

También puedes acceder de forma organizada y rápida a todos los capítulos si pulsas aquí. 

Cuando termine todos los capítulos comenzaré a reescribir esta misma historia en forma de novela e intentaré publicarla en físico (lo que viene siendo un libro). Es uno de mis objetivos marcados en Patreon si llegábamos a 100$, gracias por vuestro apoyo.

CAPÍTULO 19

TRÍO

Aquel estaba siendo mi primer trío. Todo estaba pasando muy rápido y una vez más me sentía una marioneta que solo podía dejarse llevar y para colmo ellos estaban muy bien sincronizados.

Cuando les dije ‘’creo que podría correrme solo con esto’’ no era ninguna broma, realmente sentía una gran excitación, lo que no me esperaba es que decidiesen intentar de verdad que me corriese solo con estímulos suaves.

Los dos seguían chupando mis pechos y mis pezones, cada uno concentrado en uno de ellos mientras con sus manos me acariciaban por todas partes. Cada estímulo nuevo que recibía multiplicaba el placer que sentía. Uno de ellos acariciaba mi torso y la otra una de mis piernas, pero me volví loca cuando sentí una tercera mano, en ese momento me di cuenta de que cada uno tenía dos manos libres para jugar conmigo y David además de pasar sus manos por mi pierna comenzó a acariciar mi pelo.

Algo nuevo ocurrió con mi cuerpo cuando sentí tantas sensaciones, mis piernas comenzaron a temblar levemente. Eso solo me ocurría cuando estaba a punto de correrme, pero ahora notaba como me temblaban y el orgasmo aún no estaba cerca.

Poco después llegó la cuarta mano, Nuria, que estaba jugueteando alrededor de mi ombligo con su mano metió dos dedos en mi boca mientras David seguía acariciando mi pelo. Yo comencé a gemir de forma natural, el cuerpo me lo pedía.

En aquel momento entendí lo que me ocurría, estaba preparada para correrme, pero no podía. Mis piernas temblaban con cada vez más fuerza, como cuando solía correrme, pero sin un pene follándome o alguien tocando mi clítoris no podía llegar al clímax. Placer y frustración me empezaban a invadir por igual. 

Nuria movía sus dedos dentro de mi boca y yo empezaba a fantasear imaginando que esos dedos se estaban moviendo dentro de mi coño en vez de en mi boca, aunque decidí seguirle el juego y chuparlos mientras ella los movía.

Yo seguía gimiendo y temblando y empezaba a sentir que solo había dos salidas, correrme o acabar exhausta. David hizo el movimiento final y sus manos empezaron a moverse cada vez más cerca de mi vagina, tocando las partes más interiores de mis muslos y mientras seguía mordiendo y chupando uno de mis pezones con fuerza.

Ahora sí, mis gemidos parecían de placer y mis caderas temblaban, el orgasmo parecía llegar y Nuria puso la guinda final, bajando la mano que acariciaba mi ombligo hasta el monte de Venus, un lugar que sentía muy cerca de mi coño y que notaba muy sensible.

Finalmente ocurrió, me corrí sin ningún estímulo directo, ni penetración ni a través de mi clítoris. Fue increíble. Dejé de temblar y todo mi cuerpo se relajó en el suelo mientras que ellos se calmaron y bajaron la intensidad de sus caricias, pero sin cesar del todo, lo que hacía todo mucho más bonito y armonioso, me sentía en la paz y relajación más absoluta. 

Ellos se quedaron apoyados en mis axilas tumbados junto a mí durante más de un minuto y eso formaba parte de la magia que yo estaba sintiendo (y ellos lo sabían). Me hacía sentir a mí la pieza central de aquel trío y me sentía muy cómoda con ellos allí, como si me olvidase de que los demás nos miraban.

Poco después David habló y me sorprendió:

-David: Como somos dos todavía nos queda otro asalto.

No había pensado en ello pero me parecía lógico, más aún cuando ellos no habían podido correrse.

Los dos se levantaron con mucha suavidad y llegaron a ponerse de pie, pero me indicaron que yo podía seguir tumbada. Pude ver como David se ponía un condón y empecé a pensar en no sabía si era para follarme a mi o a su novia, aunque comencé a desear que fuese a mi ya que en todo lo que había follado esa noche todavía no había tenido ninguna penetración.

Seguía viendo como David se ponía el preservativo, pero entonces Nuria habló y captó mi atención.

-Nuria: Soy muy adicta a los fluidos, con tu permiso voy a limpiarte el coño con mi boca.

Ella me separó las piernas y sentí algo muy vergonzoso y casi asqueroso, estaba tan mojada ahí abajo que cuando separó mis piernas había tantos fluidos que una capa mojada por toda la zona, incluso seguía manteniéndose unido entre mis muslos como si fuese chicle estirado entre mis piernas.

Nuria se encargó de dejarlo todo bien limpio y podía notarse como lo estaba disfrutando mientras lo hacía y mientras lo hacía yo volvía a ponerme a tono.

Cuando David estaba ya preparado se acerco a mi me quitó cuidadosamente el cojín que tenía bajo la cabeza y esta vez lo puso bajo mi cadera, por lo que ahora lo que estaba un poco del suelo era mi coño.

-David: Si estas incómoda solo tienes que decírmelo. 

Por la forma de hablar de David pude notar que era un poco vergonzoso y también caballeroso. Pude ver su pene bien y me gustó lo que vi. Comparar a veces no está bien y puedo deciros que era la polla más pequeña de las tres que había allí pero aun así era bien grande, seguramente llegaba a los 15 centímetros.

Antes de lo que me esperaba todo estaba ya preparado para el segundo acto. Yo estaba tumbada en el suelo con mi cadera un poco alzada, Nuria estaba a mi lado de rodillas y David también se estaba arrodillando cerca de mi entrepierna, por lo que entendí que iba a follarme. 

Tenía muchas ganas de ser penetrada, y mi coño lo demostraba ya que yo podía sentirlo bien abierto. David puso sus manos en mi cadera y las levantó más todavía de lo que ya lo hacía aquel cojín. Yo decidí ayudarle y con mis piernas le atrapé como un cangrejo. Pocos segundos después me la metió y se sintió genial.

El sexo ya había empezado pero todavía faltaba la sorpresa, pero lo entendí rápidamente. Tras metérmela, Nuria se arrodillo y me puso el coño en su cara para que se lo comiese, pero lo divertido era que ella estaba al revés, es decir, que ella miraba directamente a su novio David.

Ambos teniendo sexo conmigo mientras se miraban, me pareció una tremenda idea y me puso muy cachonda.  Al principio era un poco complicado, como si tuviésemos que buscar la postura. Además ese era el segundo cunnilingus de mi vida y además era al revés, por lo que me parecía muy complicado, pero poco a poco… parecía que todo mejoraba.

David poco a poco iba subiendo la velocidad con la que me follaba y Nuria iba recolocándose hasta que encontramos una postura ideal. Lo mejor de todo es que David y Nuria comenzaron a besarse mientras teníamos sexo. Lo definiría como hermoso, como si fuese la herramienta de amor con la que ellos podían quererse.

Sentía que David y yo estábamos sintiendo mucho más placer que Nuria ya que ella solo recibía mi cunnilingus y podía sentir que no lo hacía muy bien, pero entonces tuve una idea. Mis manos llegaban a sus pechos, por lo que se los agarré, eso me puso más cachonda y a ella también.

David seguía follándome cada vez más fuerte y ellos seguían besándose. Era un beso apasionado pero incómodo por la postura en la que estaban (los dos apenas se llegaban) pero eso hacía que usasen mucho su lengua y a veces su saliva caía sobre mi y eso me estaba gustando.

La bombilla volvió a encenderse y tuve otra idea, podía usar mis manos para intentar buscar el clítoris de Nuria o meterle directamente mis dedos. La verdad es que fue complicado pero lo conseguí, además me sentí muy recompensada cuando escuché el primer gemido de ella.

Fue la primera vez en la mansión que el sexo no era 100% fluido, pero me estaba gustando mucho de una forma más ‘’hermosa’’ y ‘’bonita’’, me sentía una pieza intermedia entre el amor de aquella pareja.

Los minutos pasaban y el sexo se iba intensificando, empecé a olvidarme de esa sensación ‘’hermosa’’ y volví a dejarme llevar. Los movimientos de David eran cada vez más intensos y me indicaban que el estaba cerca de correrse y yo también tenía ganas de hacerlo. Por otra parte cada vez tragaba más fluidos de Nuria y eso me estaba poniendo muy cachonda. 

Ellos dejaron de besarse y se pusieron en una posición más cómoda para terminar. Nuria de hecho me estaba empezando a aplastar con su culo y me dificultaba tanto la penetración de dedos que le estaba haciendo como la respiración, pero de esa dificultad yo solo encontraba más excitación.

Nuria comenzó a gemir y yo también y creo que con nuestros gemidos ningún hombre habría podido resistir a correrse y David no fue la excepción. 

¡Qué bien se sintió!  Es curioso porque aunque lo hizo con condón suelo notar el semen caliente salir y eso me encanta y me hace sentir un plus de excitación cuando me corro.

Al corrernos Nuria se tumbó sobre mi cuerpo y David la dejó un poco más de tiempo dentro de mi (me gusta cuando los tíos hacen eso).

Al poco tiempo Nuria se tumbó por completo en el suelo boca arriba y David terminó por sacarme la polla de mi coño. Hicieron algo que gustó cuando lo vi, David se quitó el condón y de dio el semen de dentro a Nuria en la boca. En ese momento recordé lo que dijo de que le gustaban los fluidos y vi que no era ningún farol, la sonrisa que tenía cuando se tomaba ese semen era autentica.

-Nuria: Me encanta cuando echas más semen de lo normal.

-David: Pues claro, con Marta hoy ha sido genial.

-Nuria: Marta, una pequeña petición muy pequeña. ¿Puedo probar tu saliva?

Tardé unos segundos en responder.

-Yo: Claro.

Me incorporé y preparé mi saliva, ella ya tenía la boca abierta esperando que le diese mi regalo.

-Yo: Veo que realmente te gustan los fluidos.

-Nuria: Me encantan, tu saliva para mi es la guinda del pastel, estoy deseando probarla.

Sin llegar a tocar sus labios dejé caer mi saliva en su boca. La cara de felicidad que expresaba mientras disfrutaba mi saliva era sincera, se me hacía raro pero en aquella mansión ya nada me sorprendía.

-Charlotte: ¿A quién le toca ahora?

-Cristina: A mí.

Cristina era la siguiente en follarme. Lo que pasó os lo contaré en el siguiente capítulo. ¡Nos vamos acercando cada vez más al final de esta historia!

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