Home Artists Posts Import Register

Content

Esta es una larga historia donde os contaré poco a poco como me convertí en una Maid sexual totalmente entregada. 

Te recomiendo comenzar a leer este relato por el principio (pulsa aquí para ir al primer capítulo). 

También puedes acceder de forma organizada y rápida a todos los capítulos si pulsas aquí. 

Cuando termine todos los capítulos comenzaré a reescribir esta misma historia en forma de novela e intentaré publicarla en físico (lo que viene siendo un libro). Es uno de mis objetivos marcados en Patreon si llegábamos a 100$, gracias por vuestro apoyo.

CAPÍTULO 12

CASTIGO

Ya había superado esa etapa de miedo al ir a trabajar allí y ahora empezaba a pensar en otra cosa, el dinero.

Si todo iba bien e iba allí 3 veces más ganaría 1500€ y tendría la opción de quedarme a trabajar allí por 2500€ al mes. Era una cantidad de dinero increíble, lo cual hacía plantearme que quizás tenía truco.

¿Cómo tiene tanto dinero? ¿Lo conseguirá de forma ilegal? ¿Cobran todos los empleados lo mismo? ¿Merezco tanto dinero por lo que hago allí? ¿Acaso no es alguna forma de prostitución? ¿Realmente quiero seguir trabajando en esa casa?

Mi mente se inundaba con todas esas preguntas pero al menos esta vez no me ahogaba de preocupación, simplemente me dejaba llevar mientras esperaba que llegase el siguiente día para ir allí. ¿Habría de nuevo algo diferente esperándome?

Pasaron los días y allí estaba de nuevo. Ya estaba con mi atuendo de Maid pero esta vez pasó algo extraño, Roberto me abrió la puerta, le saludé y entré en la mansión para cambiarme, pero ahora que ya estaba vestida no sabía qué hacer. ¡No me habían asignado ninguna tarea y no había nadie a quien preguntar!

Lo primero que se me ocurrió fue entrar en la cocina, pero no había nadie. Después volví a la entrada de la mansión pero Roberto ya no estaba. Posiblemente Charlotte estaba en su despacho o en su habitación pero me daba vergüenza molestar.

Podía ver el salón desde lejos pero no parecía haber nadie, aun así decidí mirar más exhaustivamente y para mi sorpresa allí estaba Lola, fijada y atada en la pared.

Ella no pudo verme, tenía un antifaz puesto en los ojos y tenía sus pies y manos atados a la pared que vi el primer día. No parecía estar incomoda, simplemente estaba de pie y prácticamente desnuda, excepto por el cinturón vibrador que llevaba puesto. ¡Era el mismo que llevaba yo el otro día!

Me daba la sensación de que estaba activo y a una velocidad de vibración superior a la que usé yo la otra vez, pero no podía estar segura.

Ella parecía estar disfrutando y al no saber que yo estaba allí no sabía qué hacer, no quería hablar y molestarla. La mejor opción era irme de allí, pero también era hipnótico mirarla y ver como se deshacía de placer, casi comenzaba yo a mojarme también mirándola.

En ese momento entró Felipe, el cocinero.

-Felipe: ¿Vas a usarla tu ahora?

No sabía a qué se refería y aun no tenía mucha confianza con él, además era bastante fuerte e intimidante por lo que no sabía que decir.

-Yo: …Um…. No. Es decir… no sé a que te refieres.

-Felipe: ¿No te ha contado nada Charlotte del castigo de Lola?

-Yo: No.

Mientras hablábamos Lola podía escucharnos.

-Lola: Ve a hablar con Charlotte, ella te lo explicará.

-Yo: ¿Sabéis donde está ahora?

-Felipe: En su oficina. Pega en la puerta, no habrá problema.

Me marché de allí un poco extrañada, al parecer Lola estaba castigada, pero no sabía si era algún tipo de juego. 

Cuando llegué a la oficina la puerta estaba cerrada y la golpeé suavemente.

-Yo: Hola Charlotte, soy yo, Marta.

-Charlotte: Pasa.

Al entrar allí estaba Cristina, esta vez de pie sin hacer nada especial. Sentí un poco de envidia al saber que ella tenía una posición tan cercana a Charlotte, aunque eso ahora poco importaba.

-Charlotte: Dime.

-Yo: Pues… nadie me ha dado ninguna tarea hoy, no sé muy bien si hacer lo que he hecho estos días con Lola.

-Charlotte: ¡Es verdad! Se me ha pasado. Hoy ibas a trabajar con Lola pero la he castigado y se me ha olvidado que ella tenía tus tareas.

¿La había castigado? No entendía nada.

-Charlotte: Siéntate, voy a explicarte un poco lo que ha pasado. Cristina, ve un rato con Lola si quieres.

-Cristina: Muy bien.

Cristina se fue y me quedé a solas con Charlotte.

-Charlotte: En esta casa hay muchas reglas como bien sabes que sirven para que todo vaya bien. Una de esas reglas son las relacionadas con los colgantes, como ese que llevas ahora.

Ella se refería a mi colgante rojo y blanco que indicaba que yo estaba de prácticas y nadie podía tocarme durante ese tiempo.

-Charlotte: He tenido otros trabajadores en el pasado y a veces he tenido problemas. Algunos se pusieron un poco agresivos, otros se volvieron muy enfermizos. Con el tiempo he aprendido a escoger mejor a mis trabajadores y estoy muy contenta porque ahora mismo confío plenamente en todos, incluso tu comienzas a transmitirme seguridad.

Ella hablaba de forma bastante genérica, pero poco a poco comenzó a concretar.

-Charlotte: Lola me dijo ayer que te tocó un día de forma lasciva mientras trabajabais.

¿El castigo era por ese motivo?

-Charlotte: Me lo dijo arrepentida y me lo confesó. Lola es una gran trabajadora en esta casa y jamás la despediría por algo así, pero lo que hizo no está bien porque quería que tú tuvieses total seguridad y al final se propasó contigo.

-Yo: Realmente no me hizo nada, me tocó muy poco y después me pidió perdón.

-Charlotte: Lola me contó cómo ocurrió y es verdad que fue muy poco, pero hizo varias cosas bastante mal. La primera es que te hizo sentir incómoda y si por su culpa tu hubieses abandonado la mansión me hubiese dado mucha rabia. Además intentó ligar contigo y prefiero que mis trabajadores tengan sexo solo conmigo en la casa. Bueno, David y Nuria si pueden hacerlo juntos pero porque son pareja y además ellos también lo hacen conmigo.

-Yo: ¿Y en qué consiste el castigo?

Yo hablé con un poco miedo y eso se plasmó en mi voz.

-Charlotte: Jajaja. El castigo es un juego, para muchos aquí el castigo es más bien un premio.

Por la forma de hablar de ella parecía que no tenía de que preocuparme.

-Charlotte: Cuando un trabajador hace algo mal hacemos ‘’el castigo’’. El castigo consiste en que todos los trabajadores de la casa podemos hacer lo que queramos con ella, por supuesto ella puede negarse y nadie puede reprochárselo. Ya hemos hecho muchos otros castigos antes, a veces los hacemos cuando alguien rompe algo o cuando alguien llega tarde. 

Ella hizo una pequeña pausa para darle importancia a lo que iba a decir.

-Charlotte: Lo más importante de los castigos es que sí que tienen algo negativo y es que  si recibes varios castigos alguno sí que puede ser el último antes de ser despedido.

Ella siguió hablando, al parecer ya había habido varios castigos antes y tenían unas reglas muy concretas.

-Charlotte: Actualmente estoy muy contenta porque no quiero despedir a ninguno de mis trabajadores. Es el primer castigo de Lola por ejemplo en 6 meses que lleva aquí trabajando. Lo que sí que me sorprendió es que tú también le gustes a ella.

Esa última frase me hizo pensar. ¿Había querido decir que yo le gustaba a Charlotte?

-Charlotte: Bueno. ¡Menos hablar y más actuar! Sígueme.

Ella se levantó y ambas fuimos al salón, allí me sorprendió la escena que estaba viendo.

Lola volvía a estar atada y seguía con los ojos atados, pero esta vez boca abajo en una mesa, dejando su culo totalmente expuesto y lo más llamativo es que estaba bastante rojo.

Cristina percibió nuestra presencia pero pareció no afectarle en lo que ella estaba haciendo. Ella levantó la mano y… ¡Zas! Le dio una torta bastante sonora a una de las nalgas de Lola.

-Lola: ¡Ahhhh!

Cristina estaba azotando a Lola, estábamos hablando de daño físico. Charlotte me habló al oído en ese momento.

-Charlotte: Recuerda que Lola está haciendo esto porque le gusta, si no le gustase podría dejarlo.

Su culo no parecía decir lo mismo pero entonces Charlotte habló más fuerte.

-Charlotte: Tengo una pregunta. Del uno al diez ¿Cuánto te está gustando el castigo ahora mismo Lola?

Ella tardó un poco en responder.

-Lola: Nueve.

-Charlotte: ¿Por qué no es diez?

-Lola: Quiero correrme pero no puedo.

¿Tanto le gustaba ser azotada? Me costaba creerlo pero cuando miré mejor… pude ver su coño muy mojado, era verdad, y mientras lo miraba. ¡Zas! Otro azote incluso más fuerte que el anterior.

-Charlotte: Marta, tu tarea de hoy es supervisar a Lola. El resto de trabajadores irán pasando por aquí y tú tendrás que ver las cosas que le hacen a Lola. Por cierto…

En ese momento ella se dirigió a Lola:

-Charlotte: ¿Lola, le damos permiso a Marta para que ella te castigue también?

-Lola: ¿Me lo merezco mi ama?

-Charlotte: Claro que sí. Marta, nadie va a tocarte en esta casa pero si tu quieres hoy puedes tocar y castigar a Lola todo lo que quieras cuando los demás acaben. Eso es todo, Cristina, puedes seguir.

Charlotte se fue de allí y yo me quedé mirando como Cristina golpeaba el culo de Lola. Era realmente impactante ver que realmente le daba fuerte, incluso podían verse la forma de la mano en el culo cuando la golpeaba. No la golpeaba de forma muy seguida, tardaba bastante en hacerlo y a veces la golpeaba muy débilmente, intentando sorprenderla y sobresaltarla.

Tras unos minutos se bajó las bragas y comenzó a masturbarse en mi presencia. No podía verla directamente, la falda del traje de Maid lo impedía y además me sentía violenta mirándola directamente. Ella no me miró directamente pero se dirigió a mí.

-Cristina: ¿Qué situación verdad? No habíamos hablado nunca y lo hacemos por primera vez cuando me estoy masturbando.

Era una situación muy extraña. Ella parecía ser amable pero realmente era incómodo hablar con ella en esa situación.

-Yo: Sí.

-Cristina: ¿Te gustaría masturbarte conmigo mientras azotamos a Lola?

Os contaré que pasó en el próximo capítulo pero os adelanto que... accedí a su propuesta.

Si pulsas aquí podrás ver y leer el siguiente capítulo (excepto si este es el más reciente). Normalmente escribo un nuevo capítulo cada semana.

Files

Comments

No comments found for this post.