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Antes de comenzar os recuerdo rápidamente que si prefieres escuchar este relato (como si fuese un JOl) en vez de leer, simplemente pulsa aquí (he subido a la vez la versión escrita y la versión audio).

Lo que vas a leer a continuación es el capítulo 21 de mi próxima novela, una novela muy novedosa donde el protagonista (tu) recibirás instrucciones específicas para masturbarte. Para leer los capítulos anteriores puedes hacer click aquí.



Capítulo 21 – Fiesta de despedida

Ya han pasado varias semanas desde que Elpha y tu salisteis de prisión. Costó bastante justificar la situación a los habitantes de la isla. A los ciudadanos más ajenos a los problemas de la isla les dijisteis que habíais estado enfermos, a los mandamases tuvisteis que explicarles que Elpha antes no quería colaborar con el plan de salvar el mundo pero ahora sí y por último a los compañeros de la sala de control tuvisteis que confesarles todo lo que os había ocurrido desde que dejasteis de trabajar allí.

Contarle a cada persona de la isla lo que había ocurrido cuando os preguntaban era muy aburrido, pero era necesario para limpiar la imagen de Elpha, que quedó en entredicho cuando ella intentó escapar de la isla. Por otro lado, podías sentir que ahora sí Elpha estaba por la labor de salvar el mundo, no parecía mentir cuando ella explicaba el plan a los demás.

Sin embargo, la situación seguía siendo complicada por un motivo muy sencillo, cada día que pasaba la fecha en la que Elpha y tu tendríais que separaros se acercaba, y de hecho justo ahora os dirigíais a una de las reuniones más importantes del castillo para decidir cómo y cuándo volveréis al reino de las brujas.

 

Al llegar, Elpha y tú tomasteis asiento en aquella gran mesa, esta vez en una posición mucho más protagonista que en ocasiones anteriores. En tan solo unos minutos la mesa se llenó casi por completo, esperando ya solo a las personalidades más importantes del castillo. Cuando todo el mundo estuvo en su sitio, se hizo el silencio y Yara hizo acto de presencia. Ella se acercó también a su asiento, aunque procedió a hablar en pie en vez de llegar a sentarse.

 

-El comité acaba de decidir qué día comenzará el plan para salvar el mundo.

 

Si bien no había ruido cuando ella habló, sus siguientes palabras causaron un gran impacto en la sala, aunque sin duda a quien más os pesó fue a vosotros.

-El plan comenzará mañana mismo, ese día llevaremos al elegido a la orilla del mar de Oshia.

-¿Cómo? – Exclamó Elpha.

Todo el mundo empezó a murmurar. El motivo era lógico, nadie esperaba que el plan comenzase tan pronto.

-Hemos encontrado una oportunidad muy buena, ese es el motivo por el que lo haremos mañana. – Dijo Yara en voz alta respondiendo a la pregunta que nadie había dicho pero que todos pensaban.

-¿Y cuál es esa oportunidad?

-Tenemos un par de brujas infiltradas en la ciudad de Oshia. Por suerte para nosotros, ellas han recibido una misión de exploración de un bosque cercano, así que aprovecharemos para facilitarles al elegido. Ellas dirán que se lo encontraron allí.

El silencio volvió a la sala. Sin duda era una buena idea.

-Una semana después dejaremos e Elpha en la costa de Dunas. Dunas y Oshia están exageradamente lejos, nadie podría sospechar de una conspiración tras la aparición repentina de ambos elegidos si ambos aparecen en sitios tan lejanos. La isla flotante nos da mucha ventaja.

Tras estas palabras la reunión prosiguió durante horas, pero para ti ya todo era ruido. Escuchar que mañana te separarías de Elpha y de la buena vida en la isla fue doloroso, y Elpha también parecía impactada.

Justo antes de terminar la reunión, Pikan, que también estaba presente, solicitó el uso del campanario del castillo para llamar con urgencia a todos los trabajadores de la sala de control. Yara se asustó al escuchar la propuesta, pero Pikan explicó que era para obtener todo el semen posible del elegido antes de que se marchase. Es decir, tu semen. Yara accedió y las campanas comenzaron a sonar. La reunión termino justo en ese momento.

Todo era confuso a tu alrededor, pero Elpha y tú también erais trabajadores de la sala de control, por lo que os tocaba moveros hasta allí. Cuando llegasteis, todos habían llegado, incluida Pikan, que fue la primera en hablar.

-Siento haberos asustado con una llamada de emergencia, tranquilos, no es urgente.

-¡Pikan! ¡Ya la estás liando y acabamos de llegar! – Dijo una voz alejada.

Todos empezaron a reír, pero Pikan se mantuvo seria y volvió a hablar.

-Mañana el elegido se va de la isla para embarcarse en su misión y Elpha también se va en una semana.

Se hizo el silencio, Pikan siguió hablando.

-Estamos aquí por dos motivos, el primero es para sacarle todo el semen que podamos al elegido ahora y conservarlo para cuando lo necesitemos. Su semen realmente otorga mucho poder mágico, no estaría mal una reserva de su semen en la sala de control.

Mientras Pikan hablaba, los trabajadores de la sala de control os miraban apenados. Realmente les entristecía que dejaseis la isla. Pikan siguió hablando.

-En segundo lugar, también estamos aquí para despedirlos como se merecen. Me hubiese gustado organizar una fiesta mejor, pero… ¡Hagamos una orgía de despedida!

-¡Esa es Pikan! -Gritó alguien en la sala.

-¡Buena idea! – Exclamó otra persona.

Los ánimos cambiaron radicalmente. Todos estaban tristes porque dejaseis la isla, incluido vosotros, pero Pikan supo reconducir la situación. Incluso os hizo sentir mejor y menos preocupados. Por otra parte, la gente comenzó a tomarse en serio lo de que era una fiesta de despedida, ya que por primera vez en aquel lugar viste que sacaron vasos y alcohol. ¿De dónde los habían sacado tan rápido? Además, la gente también comenzó a desnudarse y a charlar a vuestro alrededor.

-Os deseo suerte elegido. -Dijo una de las chicas de la sala mientras comenzaba a frotarte la polla por encima del pantalón.

-Espero que todo os vaya bien. – Susurró otra a tu oído mientras apoyaba sus pechos en tu espalda.

Todo empezó a escalar muy rápido y cuando quisiste fijarte en Elpha, ella ya estaba en la misma situación, rodeada de hombres. De hecho, te fijaste en otra cosa que no era habitual, la atención estaba demasiado centrada en vosotros dos.

-¡Stop stop! – Gritó Pikan. – Sé que todos queréis hacerlos con los elegidos porque mañana ya no estarán aquí, pero ellos también son personas, no pueden hacerlo con todos.

Algunos se sintieron decepcionados, pero Pikan siguió hablando.

-Por eso hoy podría ser un buen día para usar los afrodisiacos mágicos que tenemos guardados para caos de emergencia. – Dijo Pikan mientras sacaba unos frascos de su bolsillo.

No tenías ni idea de a qué se refería Pikan, pero se acercó a ti con intención de que probases lo que tenía en aquel recipiente.

-Esto es un potente afrodisiaco que guardamos para casos de emergencia. Si algún día necesitamos mucho semen para mover la isla y nuestros hombres no pueden más, usaríamos este estimulante mágico como último recurso. Sin embargo, llevamos años en la isla y nunca hemos necesitado usarlos, por lo que podría ser un buen momento para ver cómo funcionan. Eso sí, dicen que es muy potente y que realmente consiguen regenerar muy rápido tu lívido y tu capacidad de generar y expulsar semen. ¿Te gustaría probarlo?

Pikan sostenía aquel frasco justo frente a ti mientras las chicas de la sala comenzaban a desvestirte sin que pudieses hacer nada para evitarlo.

-Vale. – Dijiste levantando la mano para coger el frasco.

Tras tenerlo en tus manos, quitaste el tapón y te lo llevaste a la boca. Era un bote realmente pequeño y pudiste tomarlo todo de solo un trago. Normalmente cuando tomabas o probabas algo mágico su efecto era inmediato, pero esta vez no notaste nada especial, al menos durante los primeros segundos tras ingerir el estimulante, así que volviste a centrarte en las cosas y personas y cosas que te rodeaban. Sin apenas haberte dado cuenta ya estabas desnudo y erecto frente a un montón de mujeres con ganas de follarte hasta dejarte seco, y justo entre todas ellas, frente a ti, estaba Pikan.

-¿Te gustaría… empezar conmigo? Así podré explicarte mejor cómo funciona el afrodisiaco. – Dijo Pikan tímidamente.

Aunque a veces la gente se ríe de Pikan, lo hacen siempre desde el cariño, ya que en el fondo todos los trabajadores de la sala de control respetan y quieren a Pikan por ser una estupenda jefa de sala de control. Justo en ese momento en el que te pidió hacerlo con ella, te diste cuenta de lo buena que había sido siempre contigo y lo mucho que se preocupó siempre por ti. Incluso ahora, en tu último día en la isla, organizó rápidamente una fiesta para vosotros, por lo que para ti era un placer y un honor poder hacerlo con ella, así que, en vez de responder, directamente te acercaste a ella, la cogiste en brazos (era sencillo pues ella era pequeñita de estatura) y la lanzaste en la cama con intención de impresionarla y agasajarla. Ella se llevó las manos al pecho al caer en la cama y cerró los ojos, actuando de forma tímida y nerviosa, aunque tú, al ver su forma de actuar te excitaste todavía más. ¿Estaba el afrodisiaco aumentando tu lívido más de lo normal? No estabas seguro, pero te daba igual, ahora solo querías metérsela hasta el fondo.

Lo primero que te impedía penetrarla era su ropa. Ella aún llevaba los pantalones y pensaste en quitárselos, pero su actitud seguía siendo tan tímida allí tumbada que preferiste preguntar.

-¿Estás bien?

-Sí, tranquilo, es que estoy nerviosa.

-¿Puedo quitarte la ropa?

-Vale.

Ella se calmó al escucharte hablar mientras que tu lentamente llevaste tus manos hasta sus pantalones e intentaste bajarlos. Estaban apretados, por lo que tu siguiente paso intentar desabrocharlos. Por suerte para ti ella no llevaba cinturón, solo un ajustado botón en la cintura. Al intentar desabrocharlo, tuviste inevitablemente que tocar su abdomen, lo que le provocó algunas cosquillas y la hiciste reír. Segundos después, pudiste desabrochar su pantalón, y ahora sí, pudiste quitárselos lentamente. Ella dejó de reír y se volvió a sonrojar mientras la desvestías. Por supuesto todo esto ocurría mientras los demás os miraban a vuestro alrededor.

Tras quitarle los pantalones, tu mirada se centró en sus mojadas y marcadas braguitas. La mayoría de trabajadoras de la sala de control llevaban ropa interior provocativa, pero sus bragas eran de un rosa pálido y sencillo, aunque lo que más llamaba la atención sin duda era su pequeño y apretado coño que podía intuirse al mirar sus mojadas y marcadas braguitas. Eso te hizo recordar que con ella apenas habías tenido interacciones sexuales más allá de la mamada que te hizo cuando llegaste a la isla. Nunca habías podido follar con ella, y de hecho una de las mujeres que miraba la escena dijo algo al respecto.

-Es raro que Pikan se anime a participar en el sexo. Sin duda le has caído bien elegido.

Esas palabras animaron a Pikan, que comenzó a quitarse la parte superior de su ropa hasta mostrar sus hermosos pechos. No podías resistir más. En cuanto ella volvió a acomodarse, llevaste tus manos a su cintura y le quitaste las bragas.

Ahora sí, tenías frente a ti su depilado y hermoso coño, deseando ser penetrado. Lentamente te acercaste a ella y arrimaste tu cintura a la suya.

-Recuerda que cuando vayas a correrte tienes que sacarla para correrte en un frasco. -Dijo Pikan mientras te acariciaba la cara.

-¿No puedo correrme dentro de ti? – Le dijiste apenado.

Ella tardó en responder, aunque al finalmente dijo algo.

-Bueno, si eso ocurre, ya veremos cómo lo arreglamos.

Tras sus palabras, te aproximaste solo un poco más, y con eso fue suficiente para que tu polla y los labios de su vagina entrasen en contacto. Un imperioso deseo te inundó y no pudiste resistir más tus ganas de penetrarla.

ATENCIÓN: En este capítulo tendrás que fingir varias veces que te corres. Aunque tu personaje se corra, tu solo puedes correrte de verdad cuando las “acciones” te lo permitan.

ACCIÓN: Comienza a masturbarte a velocidad media.

Ahora sí comenzabas a darte cuenta de que el afrodisíaco estaba haciendo efecto. Siempre te gustaba comenzar follando lentamente, más aún cuando la otra persona se muestra tímida e inexperta, pero el estimulante que habías tomado te impedía bajar el ritmo, tu cuerpo te exigía hacerlo con ganas. ¿Pero era solo el estimulante? Posiblemente no. Había otro factor más, un factor muy importante, el coño de Pikan. Era frustrante admitir que su vagina era posiblemente la más placentera y apretada de todas las que habías podido follarte. De hecho, estaba tan apretada que posiblemente se debía a que ella seguía nerviosa. Aunque hacías un esfuerzo mental por intentar bajar el ritmo, no podías.

-El estimulante es muy potente, no puedo parar. – Dijiste en voz alta, intentando que todos te escuchasen.

-No hace falta que pares. – Respondió Pikan.

Cuando ella habló, pudiste fijarte mejor en su rostro. Estaba rojo como un tomate y sus ojos parecían llorosos. ¿De verdad le estaba gustando? Hiciste un amago de bajar el ritmo, pero una de las chicas que os miraba se acercó para decirte algo.

-No te preocupes, siempre se pone igual cuando folla. Cuando se pone así es que le está gustando. Si no le gustase te lo diría o te daría una patada, así es ella.

Dicho y hecho. Casi fue como música para tus oídos. En cuanto percibiste que su rostro era de puro placer, no pudiste evitar subir el ritmo.

ACCIÓN: Comienza a masturbarte rápido.

Pusiste tus manos en su cintura para comenzar a empotrarla con fuerza. Ella era tan ligera que incluso podías levantar un poco su cuerpo, lo que te permitió prácticamente follartela de rodillas sobre la cama mientras ella seguía tumbada. Pero eso no era todo, por primera vez en tu vida, sentiste un nuevo tipo de sensación durante la penetración, la sensación de que tu polla no entraba entera porque llegaba hasta el fondo. Es decir, la sensación de que tu glande chocaba con las paredes de su útero. Una sensación exageradamente placentera que para colmo hacía gemir de placer a Pikan cada vez que tu polla tocaba el fondo.

-¡Aaaaahhhhhh! – Gimió con fuerza Pikan.

Todo iba tan rápido que tu cuerpo comenzaba a llegar al límite. Pikan se agarraba a las sábanas de la cama y tú lo hacías con cada vez más fuerza.

-¡Ohhhh! ¡OOOHHHHH! – Seguía gimiendo.

En ese momento, inclinaste y adelantaste un poco tu cuerpo, como si eso te permitiese hacerlo incluso con más fuerza y potencia, realmente querías llegar hasta el fondo con cada penetración, como si hubiese un premio por hacerlo más fuerte.

-A veces es tan ruidosa que le incluso le tapamos la boca. – Dijo una de las chicas que miraba a vuestro lado.

-No te preocupes, yo me encargo.

Y en ese momento, te abalanzaste sobre ella para besarla. Tu intención era en parte la de callarla, porque sus gemidos eran tan potentes que iban a provocar que te corrieses con presteza, pero para tu sorpresa, besarla no le impidió seguir gimiendo. En esa situación, decidiste intentar llenarle un poco más la boca metiendo tu lengua, pero esa fue tu perdición, porque al hacerlo lo que conseguiste fue que su voz te atravesase por dentro y pudieses sentir sus gemidos con fuerza dentro de ti. Una sensación demasiado placentera que te hizo estallar, metiendo por última vez con más fuerza que nunca tu polla hasta el fondo.

ACCION: Finge que te corres, pero no te corras de verdad. Haz todos los movimientos de mano y de cintura que sueles hacer cuando te corres, pero no te corras, solo imagínalo. Tras fingir que te has corrido, deja de masturbarte.

La voz de Pikan recorrió todo tu cuerpo por dentro en un gemido tan largo y agudo que parecía un grito. La metiste con tanta fuerza al sentir aquello que incluso movías el cuerpo de Pikan de la cama hacia delante y para colmo apretabas tanto que incluso a tu semen le costaba salir, como si la puntita de tu polla estuviese apretada justo ante una pared, aunque eso no impidió dejarle una de las corridas más abundantes y espesas que habías dejando a alguien dentro en tu vida.

La voz de Pikan al fin cesó y algunas lágrimas brotaron de su rostro.

-Ha…..sido…. increíble…. – Dijo exhausta.

Tu intentaste hacer el amago de tumbarte a su lado, pero algo pasó por tu mente. Necesitabas más. El afrodisiaco estaba haciendo efecto. Sacaste tu polla de su interior y un chorrito de semen comenzó a brotar de su coño, a lo que rápidamente sus ayudantes se acercaron para recogerlo y guardarlo acercando un frasco y recogiendo dentro todo el semen que iba saliendo. Tu comenzaste a mirar a tu alrededor, pensando quien sería la siguiente. Todas parecían dispuestas, pero de entre todas, a la que viste más dispuesta fue a Donata. La cogiste del brazo y la empujaste con firmeza y seguridad hasta la cama, quedando ella justo junto a Pikan, que seguía exhausta y sin fuerzas.

Donata, al igual que el resto de personas que os miraban, sí que estaba desnuda, por lo que al tumbarla en la cama pudiste admirar todo su cuerpo. Ella tenía una actitud muy diferente a la de Pikan, te miraba con deseo y un dedo en la boca, mientras que con la otra mano te hacía un gesto para que te inclinases sobre ella. Además, sus pechos eran tan grandes que se separaban sutilmente entre ellos, como si cayesen ligeramente hacia los lados. Estabas deseando agarrarlos mientras te la follabas, por lo que no tardaste en ponerte a su altura para penetrarla.

Todo iba a la perfección, pero hiciste algo mal. Todos sabían, incluido tú, que para follar con Donata había que penetrarla analmente, pero el afrodisíaco te enajenaba tanto lo que lo olvidaste, y se la metiste sin pensarlo directamente hasta el fondo de su vagina.

-¡Ahhhhh!¡Ahhhhhhh!

Donata levantó las piernas y comenzó a correrse. Su cara expresaba puro placer, pero tú te diste cuenta de tu error.

-¡Lo siento! -Dijiste mientras mantenías tu pene dentro.

-¡Ahhhhhhh! ¡No pasa nada elegido! ¡Ahhhhhh! La culpa es mía por tener tan poco aguante….

Donata seguía temblando de placer mientras que a ti te estaba costando horrores aguantarte las ganas de seguir follando. Tu cuerpo suplicaba seguir moviendo la cintura, pero debías darle un descanso a Donata. Lo lógico era buscar a otra de las chicas, pero tu deseo era tan grande que encontraste una solución mucho más rápida, cambiar de agujero.

En cuanto te diste cuenta de que a Donata le gustaría seguir haciéndolo por detrás, la sacaste y pusiste la punta de tu polla tocando la entrada de su ano. Donata se sorprendió, pero te miro con deseo. Ese fue el único estimulo que necesitaste para comenzar a metérsela por detrás.

ACCIÓN: Comienza a masturbarte lentamente. Aprieta con tu mano más de lo habitual para simular un ano.

El ano de Donata siempre te sorprendía. Era cálido, apretado, pero sobre todo fácil de penetrar. Se notaba a la perfección como ella sabía relajarse y adaptarse para que entrase sin problemas.

-¡Ahh! Gracias elegido por darme otra oportunidad. – Dijo al sentir tu polla penetrándola.

Donata era sin duda la persona que más te respetaba de toda la isla, tratándote a veces incluso como si fueses un ser superior. Además, abrió las piernas y levantó un poco la cintura mientras que al mismo tiempo comenzaba a tocarse los pechos. Su forma de actuar te hizo subir el ritmo.

ACCIÓN: Mastúrbate a velocidad media. Sigue apretando un poco más de lo habitual.

Follarse un culo a veces puede ser complicado o incómodo, pero el de Donata era especial. A tu polla no le costaba nada entrar ni salir y su culo solo invitaba a hacerlo cada vez más rápido, pero además había otras cosas que subían tu nivel de lívido. La primera era que Donata volvió a empezar a gemir, y como había demostrado en innumerables ocasiones, esos orgasmos no eran fingidos, realmente podía disfrutar del anal hasta correrse. Pero eso no era todo, había algo más que te daba mucho placer, los movimientos anales que ella conseguía realizar desde dentro de su cuerpo. Ella sabía contraer y expandir su culo de formas que dan mucho placer. Nunca supiste si lo hacía a propósito o eran movimientos involuntarios, pero era como si su recto y su ano te atrapasen y absorbiesen, como si llevasen tu polla hasta el fondo de su cuerpo.

-¡Ahhhh! ¡Ahhhh! ¡Ahhhh!

Donata estaba disfrutando a tope de nuevo. De hecho, normalmente incluso cuando ella recibía anal también se corría rápido, pero gracias a que la hiciste correrse al meterla en su coño, ahora ella estaba aguantando un poco más. Por otra parte, te diste cuenta de que estabas comenzando a sentirte desesperado por correrte, como si la corrida que dejaste hace solo unos minutos dentro de Pikan nunca hubiese existido. Sin duda, era el efecto del estimulante.

-¡Ahhhhh! ¡Ummmmmm!

Los gemidos de Donata eran cada vez más intensos. Además, a ella le gustaba echar la cabeza para atrás cuando disfrutaba con el sexo, y justo ahora estaba empezando a hacerlo. Eso te motivo lo suficiente como para subir el ritmo, pero entre tus movimientos y los suyos, durante un instante, tu polla salió de su culo. Ella, aprovechando el momento, intentó recolocarse para ponerse más cómoda, pero sus movimientos de pies te dieron una idea, agarrar sus piernas y poner sus pies sobre tus hombros. Tras hacerlo la miraste y volviste a ver una cara de aprobación erótica y estimulante, invitándote a que se le metieses otra vez rápido de nuevo.

ACCIÓN: Mastúrbate rápido y sigue apretando más de lo habitual con la mano.

Nunca antes lo habías hecho así. Durante los primeros segundos parecía complicado meterla, puesto que al subir sus piernas, sus glúteos se cerraron y no podías encontrar su ano, pero cuando lo encontraste y se la metiste… descubriste una nueva sensación, la sensación de un ano especialmente apretado. Tu polla parecía derretirse allí dentro, pero para colmo a ella también le estaba encantando.

-¡Ohhhhh! ¡Diosss! ¡Diosssss! ¡Me encantaaaaaa!

Hacerlo así era diferente, pero os estaba encantando. Sentir sus piernas en tus hombros, ver como sus pechos botaban con cada uno de tus impulsos, sentir tu polla más apretada que nunca, el ruido de tu cintura chocando contra sus nalgas cada vez que le envestías, pero sobre todo escucharla gemir sin parar.

-OHHHH ¡DIOSSS! ¡SIIII!

Estaba ocurriendo, ella se estaba corriendo de nuevo.

-¡OHHHHHH!

Por suerte para ti, sus orgasmos eran largos y además múltiples, por lo que podías seguir follándotela mientras ella seguía gimiendo sin parar, pero entonces algo ocurrió, sus pies empezaron a temblar, y como los tenías sobre tus hombros, hacían temblar todo tu cuerpo. Además, tu polla, que estaba más apretada que nunca, también sentía las contracciones en su interior, que coincidían con cada uno de sus gemidos. Fue demasiado intenso y no pudiste resistirlo más.

ACCION: Finge que te corres, pero no te corras de verdad. Haz todos los movimientos de mano y de cintura que sueles hacer cuando te corres, pero no te corras, solo imagínalo. Tras fingir que te has corrido, deja de masturbarte.

Volviste a correrte dentro de ella, olvidando por completo las indicaciones de correrte en los frascos que habían preparado. Te daba igual. Incluso aunque te lo hubiesen recordado lo hubieses ignorado, sin duda su culo estaba pidiendo tu leche, así que se la dejaste lo más dentro que pudiste.

-¡Ohhhh! ¡Gracias elegido! ¡Gracias….!

Donata perdió las fuerzas y sus pies se cayeron a tus lados. Al hacerlo tu polla salió involuntariamente de su culo, aún expulsando algunos chorros de semen. Era hermoso ver a Pikan y Donata juntas recién folladas por ti mientras las manchabas con tu leche, pero el maldito afrodisiaco no te dejaba disfrutar esa escena, necesitabas más y lo necesitabas ya. Comenzaste a mirar a tu alrededor para ver a quien elegir, pero el resto de mujeres que miraban la escena estaban tan cachondas y deseosas de ti, que empezaron a tocar tu cuerpo para que las eligieses.

-¡Hazlo conmigo!

-¡Elígeme a mí!

Una de ellas puso sus manos en tus hombros, era Susan, que te empujó ligeramente sobre la cama y te hizo tumbarte boca arriba. Al hacerlo viste como tenías a uno de tus lados a Pikan y al otro a Donata, ambas aun descansando tras la follada que les habías metido.

Volviste a mirar al frente y viste que ahora era Susan la que se subía en la cama, preparándose para subirse sobre tu polla con la intención de cabalgarte.

-¡Yo también quiero!

-¡No es justo!

Las chicas empezaron a discutir y, deseosas de ti, también se subieron a la cama. En tan solo un instante, estabas rodeado de un montón de mujeres desnudas.

ACCIÓN: Comienza a masturbarte lentamente.

Una placentera sensación recorrió tu pene. ¿Era el coño de Susan? No podías saberlo, te habían asaltado tantas mujeres que no alcanzabas a verlas, aunque al menos sí que podías distinguir que lo que estabas penetrando era un coño bien húmedo y placentero que subía y bajaba sin que tú tuvieses que hacer nada. Por otra parte, el avasallamiento de todas aquellas chicas fue tan salvaje que incluso te agobió un poco y por ese mismo motivo intentaste incorporarte (o al menos recolocarte un poco), pero en ese momento te diste cuenta de que no podías. Tus brazos estaban atrapados por Pikan y Donata, que ahora parecían estar recobrando sus fuerzas.

ACCIÓN: Mastúrbate a velocidad media.

En solo un instante estabas siendo el centro de una orgía en las que todas se morían por tocarte. Podías sentir como te acariciaban el pelo, como tocaban tu pecho, como chupaban tus pezones, como acariciaban tus piernas y como tu polla era penetrada. Todo a la vez y todo realizado por diferentes mujeres. Pero por si fuese poco, esto no acababa ahí. Lo siguiente fue sentir como Pikan giró la muñeca de tu brazo para que tus dedos entrasen en su mojada vagina. Estabas tan abrumado que no podías ayudarla a masturbarse moviendo tus dedos, pero no importaba, ella lo hacía por ti. Lo hacía con delicadeza, acariciando cada uno de tus dedos con los suyos y al mismo tiempo empujándolos con suavidad, separando sus labios y llegando hasta su clítoris. Podías oírla suspirar.

Poco después, Donata te quitó el aliento al acercarte a ti para besarte. Empezó siendo un beso intenso, pero poco a poco ella fue moviendo la cabeza y bajando, pasando su lengua por tu labio inferior, después por tu barbilla y finalmente llegando finalmente a tu cuello. Pikan, envidiosa, hizo lo mismo.

ACCIÓN: Mastúrbate rápido.

¿Estabas en el paraíso? Cientos de sensaciones placenteras diferentes recorrían tu cuerpo. En una situación normal ya tu hubieses corrido hace un buen rato, pero podías mantenerte ahí gracias a que ya te habías corrido dos veces. Por otra parte, el maldito afrodisiaco que habías tomado producía en ti una sensación explosiva que te torturaba por dentro, como si todavía no hubieses podido correrte y las corridas de antes hubiesen sido de mentira, aunque al menos algo en tu interior decía que esta vez sería la definitiva, la mejor corrida de tu vida.

A todas las sensaciones anteriormente descritas se fueron sumando otras. Sin duda la más placentera fue la de aquel coño que te cabalgaba subiendo el ritmo. Sin darte cuenta, habías cerrado los ojos, como si al hacerlo consiguieses centrarte en todas las sensaciones que estabas sintiendo, pero cuando decidiste abrir los ojos de nuevo viste el mismísimo paraíso. Una decena de atractivas mujeres desnudas, con sus pechos al descubierto y en pleno contacto contigo, cada una de ellas intentando darte el mayor placer posible. Para colmo, cuando abriste los ojos también reparaste en otro de tus sentidos, el oído. Los gemidos de Pikan, el sonido de los labios de Donata sobre tu cuello, los suspiros de deseo de las chicas que tocaban tu torso, los golpes de la chica que cabalgaba tu polla. Todo era increíble, sin duda el orgasmo estaba más cerca que nunca, pero cuando parecía que la sensación era insuperable, llegó la guinda del pastel. Todas las partes de tu cuerpo parecían estar ocupadas, pero alguna de las chicas encontró la forma de multiplicar tu placer. No sabes cómo pudieron hacerlo, pero pudiste comenzar a sentir como tus huevos eran chupados mientras tu polla seguía siendo cabalgada. Seguramente alguna había conseguido tumbarse y meter su cabeza entre tus piernas, y lo peor de todo es que te chupaba los huevos exageradamente bien.

Ahora sí, no podías más. Unas uñas pasando por suavidad por tus piernas, una chica acariciando tu cabeza, lenguas chupando tus pezones, chicas hermosas y desnudas a tu alrededor, labios chupando tu cuello, brazos atrapados por las chicas que te habías follado hace solo un momento, tus dedos sumergidos en el cálido coño de Pikan, sonidos de orgasmos y suspiros por todas partes, una mujer que tenía ahora toda su boca encargada de darle placer a tus huevos y un coño cabalgando sin parar tu polla. No pudiste aguantarlo más.

ACCIÓN: Córrete. Ahora sí, de verdad.

Comenzaste a soltar la mayor corrida de tu vida. Era increíblemente placentero. Tu cuerpo se estremeció al comenzar a correrte y las chicas pudieron sentirlo, por lo que bajaron el ritmo. Todas excepto una, la mujer que te cabalgaba, que también estaba teniendo un orgasmo.

-¡Ohhhhhh! ¡Siiiiiii!

-Su voz te resultaba demasiado peculiar. Intentaste fijarte en ella, y para tu sorpresa… ¡Era Elpha! Estabas dejando la corrida mas salvaje de tu vida justo dentro de ella. ¿En que momento se cambió por Susan?

-¡Ohhhhhhh!

Ahora sí, ambos empezasteis a relajaros. Tu cuerpo dejó de contraerse al terminar de eyacular y Elpha se echó encima de ti cuando terminó de correrse. Su cuerpo estaba sudado, al igual que el tuyo.

-Ha sido increíble…-Le dijiste al oído.

-¿Te ha gustado? -Respondió ella justo antes de besarte.

En ese momento, con un ligero movimiento de cadera, Elpha hizo que tu polla saliese de su coño y justo después apoyó su cabeza en tu pecho para descansar.

En cualquier otra situación tú también hubieses necesitado un descanso, pero parecía que aquel día iría para largo, en parte gracias al afrodisíaco.

Al final, estuvisteis allí follando un par de horas más en la mayor orgía que podrías haber imaginado. Hicisteis de todo hasta que vuestro cuerpo no pudo más. Después, os retirasteis a vuestros aposentos a descansar antes del gran día que te esperaba a la mañana siguiente.

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Esto es todo por ahora, espero que os haya gustado este capítulo.

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