Home Artists Posts Import Register

Content

Antes de comenzar os recuerdo rápidamente que si prefieres escuchar este relato (como si fuese un JOI) en vez de leer, simplemente pulsa aquí (he subido a la vez la versión escrita y la versión audio).

Lo que vas a leer a continuación es el capítulo 10 de mi próxima novela, una novela muy novedosa donde el protagonista (tu) recibirás instrucciones específicas para masturbarte. Si no has leido los capitulos anteriores puedes hacer click aquí.



CAPÍTULO 10 – Dobles

Ha pasado una semana desde que llegaste a la casa de Sabrina. Los primeros días fueron una locura, follando sin descanso con ella, pero tras unos 3 días de pura lujuria, Sabrina tuvo que marcharse a una misión, dejándoos a Larfu y a ti solos en la casa. Para ti fue un alivio, puesto que el nivel de exigencia que ella pedía en la cama era casi inhumano.

Ella os encargó algunas tareas del hogar, pero la tarea más importante que te dejó era la de seguir llenando con tu semen aquellos frascos mágicos que conservaban el esperma en óptimas condiciones.

Más allá de aquellas tareas, tu vida allí parecía ser bastante monótona, todo parecía indicar que serías un sirviente que no saldría allí nunca y viviría solo para satisfacer a su ama, pero incluso así, la hipnosis hacia que esos pensamientos no te afectasen en absoluto.

Por otra parte, Larfu parecía estar en la misma situación que tú. Era el otro esclavo de Sabrina y el tampoco decía nada nunca, por lo que la espera de vuestra ama se hacía lenta y aburrida. Parecía que hoy sería otro día normal de espera, pero entonces golpearon la puerta. Larfu se encargó de abrirla.

-Hola, soy Anasta. Voy a entrar.

Reconociste su cara, era la ayudante de Sabrina que te abofeteó y recibió tu semen en su boca para después dárselo a Sabrina con un beso.

-Sabrina me encargó que os visitase para ver que estabais bien.

Ella se quitó el abrigo y Larfu lo cogió para colgarlo mientras cerraba la puerta. Por su forma de actuar parecía que no era una simple visita.

-Bueno. ¿Estáis bien? ¿Necesitáis algo?

-Yo estoy bien. -Dijo Larfu.

-Yo también. -Dijiste tú.

-Estupendo. Si alguna vez os falta comida podéis salir a comprarla, tenéis permiso para salir solos si es para eso.

Mientras hablaba, Anasta se sentó en la cama de Sabrina y se quitó algunas prendas de más, algo que parecía estar fuera de lugar.

-Ya que estoy aquí, voy a follar un rato con vosotros. Sobre todo, quiero hacerlo contigo. – Dijo mientras te miraba. – Apenas pude probar tu semen y me muero de ganas de probarlo de nuevo.

Anasta se quitó el sujetador y te lo lanzó a la cara, haciéndote ver que quería que te acercases a ella.

-Ahora que lo pienso…¡puedo hacerlo con vosotros dos a la vez! ¡Joder que morbo! Creo que sería mi primer trio. Que envidia, algunas con dos esclavos y yo todavía no tengo uno privado.

Ella parecía cada vez más emocionada, pero entonces otra persona llamó a la puerta. El gesto de Anasta cambió radicalmente al escuchar los golpes sobre la puerta.

-¡No puede ser Sabrina! ¡No puede ser! ¡Quedan días hasta que vuelva!

Por su forma de hablar, parecía que Anasta no tenía permiso para estar allí con vosotros. Para colmo, de forma automática, Larfu se acercó para abrir la puerta.

-¡No abras! -Murmuró Anasta, aunque demasiado tarde.

Al abrir, todos pudisteis ver la figura de una bruja lo suficientemente bien encapuchada y encorvada como para que ninguno de vosotros pudieseis ver bien su rostro, además portaba un bastón que la hacía parecer anciana. Aquella misteriosa bruja habló.

-No deberías estar aquí.

Su voz te parecía familiar.

-¿Quién eres? – Dijo Anasta extrañada.

-Me encargaron vigilar a estos esclavos. Ya veo que lo estás pasando bien con ellos.

-No le cuentes nada de esto a Sabrina. – Dijo Anasta un poco desesperada.

-No diré nada, pero solo si tu tampoco dices nada de mi visita.

-¿Tu también venías a follarte a los esclavos de Sabrina?

La misteriosa bruja no respondió.

-Vale, yo tampoco diré nada entonces. – Concluyó Anasta.

-Muy bien. Solo una cosa más. Déjame ver si los esclavos están bien realmente.

Con un gesto, la misteriosa bruja llamó a Larfu. Él se acercó y la bruja comenzó a tocar su cuerpo de forma extraña. Después te llamó a ti, tu te acercaste y ella hizo lo mismo, pero con una diferencia, se acercó ligeramente a ti para susurrarte algo.

-Te prometo que volveré para salvarte.

Un escalofrío recorrió todo tu cuerpo. Ahora sí comprendiste todo. Era Elpha. Incluso con tus emociones y sentimientos cancelados por la hipnosis, pudiste emocionarte un poco al reconocerla.

-Muy bien, los dos están estupendamente. Me marcho ya. Haz lo que quieras con ellos, no diré nada.

-Muy bien vieja, puedes irte. -Dijo Anasta un poco enfadada.

Elpha se fue y Anasta se quedó extrañada y pensativa. Tras un rato de reflexión exclamó:

-¡Joder! Tenía muchas ganas de follar contigo, pero esa bruja era extraña, creo que lo mejor será que me vaya. Dame de nuevo el abrigo.

Ella comenzó a vestirse de nuevo, visiblemente frustrada.

-Me marcho. No le digáis a Sabrina que estuve aquí.

Y con esas palabras, Anasta se marchó dando un portazo.

En un instante, un carrusel de emociones se había presentado ante Larfu y tú, pero tan rápido como llegó, volvió a irse. Volvíais a la casilla de salida, ver las horas pasar mientras esperáis silenciosamente a vuestra ama, aunque ahora tu tenías una razón nueva por la que vivir, al menos, subconscientemente.

De nuevo, pasaron los días y las horas, hasta que al fin, Sabrina llegó.

-¡Ya estoy en casa! ¡Al fin! ¡Vaya misión de mierda! ¡Y que ganas de follar! Que bien me hubiese venido llevarme tu semen a la misión Serí. Aunque ahora al que tengo ganas de follarme es a Larfu.

Sabrina llegó a casa de forma escandalosa, deseosa de recuperar fuerzas con vuestro semen.

-¡Vaya! Cuantos frascos nuevos. Tráeme uno bien lleno.

-Tu le acercaste uno de los pequeños frascos de semen que habías estado llenando estos días atrás.

-Creo que me he ganado tomarme uno entero.

En un momento, Sabrina se tomó uno de los frascos que te había tomado días llenar. Su cara lo decía todo, tomarlo la había puesto de muy buen humor… y muy cachonda.

-¡Vamos vamos! Espero que hayáis descansado porque quiero sexo durante lo que queda de día. Y creo que vamos a empezar fuerte, va siendo hora de que me folléis los dos a la vez.

Lo que os pedía era nuevo para ambos, por lo que no sabíais como actuar.

-Venga, un poco de iniciativa, echadle imaginación. Voy a querer que los dos me la metáis a la vez así que uno tendrá que tumbarse en la cama y el otro se pondrá encima. Tenéis que hacer un sándwich conmigo.

Aunque sus indicaciones eran cada vez más concisas, seguíais sin saber muy bien cómo actuar.

-¡Que mierda de hipnosis! De verdad, os deja demasiado tontos. Hay que deciros todo con pelos y señales. Venga Seri, tu abajo. Túmbate boca arriba.

Hiciste lo que pidió sin dudar y, previendo lo que estaba por venir, tu cuerpo comenzó a excitarse y tu pene comenzó a ponerse duro.

-Baja un poco más.

Sabrina te hizo moverte de tal forma que tus piernas hasta las rodillas quedaron fuera de la cama. Podías tocar el suelo con la planta de tus pies, pero el resto de tu cuerpo seguía sobre la cama.

-Ahora sí.

Sabrina se desvistió lentamente y se subió a la cama de rodillas, dejándote a ti entre sus piernas. Al ver que ya estabas duro y que todo iba bien puso sus manos a cada lado de tu cabeza. Verla en aquella posición después de más de una semana sin sexo te ponía muy cachondo.

-No la metas todavía Seri, quiero que primero lo haga Larfu. ¿Estas listo?

-Si ama.

Tras la respuesta de Larfu se hizo un pequeño silencio, pero por la forma de moverse y actuar de Sabrina entendiste que Larfu se había unido a vuestro acto sexual, seguramente penetrando desde fuera de la cama a Sabrina.

-¡Que ganas tenía de tu polla Larfu!

Aunque excitante, tu situación actual era de bastante impotencia. Larfu se estaba follando a Sabrina y tu solo podías mirar como ella disfrutaba el momento.

-Venga Larfu, te dejo correrte si quieres. Tienes un minuto.

Las palabras de Sabrina parecieron mágicas. Su cuerpo comenzó a moverse con fuerza ante las embestidas de Larfu. Ella comenzó a gemir ligeramente y sus pechos a menearse con fuerza.

-¡Si joder! ¡Con fuerza!

Sabrina parecía disfrutar, pero rápidamente las embestidas cesaron.

-¿Ya? ¿Tan pronto? Bueno… supongo que os excita que vuestra ama esté aquí de nuevo. Tranquilos, este mes pienso dejaros secos.

Larfu se había corrido realmente rápido. Seguramente la hipnosis ayudaba a que con una simple orden pudieses hacerlo tan pronto, aunque la situación también ayudaba.

-Vale, creo que ya estoy preparada. Sácala Larfu, ahora le toca a Seri.

La cintura de Sabrina bajó ligeramente, buscando tu polla y tu te ayudaste con una de tus manos para penetrarla. Como en otras ocasiones, fue fácil hacerlo, además de que Larfu ya había hecho parte del trabajo.

-Métela hasta el fondo y déjala ahí.

ACCIÓN: Agarra tu polla con fuerza, pero no te masturbes todavía.

-Vale, ahora tu Larfu. Métela también, pero hazlo lento, no sé si entrarán las dos a la vez, espero que sí.

Esto era nuevo para ti. Tu primer trio y tu primera doble penetración a una mujer. Aunque no veías nada, pudiste sentir como Larfu hacía el primer contacto con la vagina de Sabrina. Tras un pequeño empujón, lo que parecía un coño bien abierto y lubricado ahora parecía apretado y estrecho. Larfu solo había metido una parte de su polla, pero a Sabrina pareció gustarle.

-¡Maaadre! ¡Esto es… increíble! Sigue así…

Larfu siguió penetrando a Sabrina lentamente, podías sentirlo a la perfección y mientras más entraba su polla más feliz y excitada parecía Sabrina. Unos segundos después, Larfu pareció llegar al fondo y vuestras pollas se sentían muy apretadas en su coño.

-Esto es lo mejor que he hecho en la vida.

El nivel de excitación de Sabrina era extremo, nunca la habías visto así, aunque tu tampoco te quedabas atrás. Era una situación tan diferente para todos que el erotismo podía sentirse en el aire.

-Venga, moveros, pero despacito.

ACCIÓN: comienza a masturbarte lentamente.

Tu cuerpo pedía inconscientemente movimiento, por lo que las palabras de Sabrina eran como agua para el sediento, pero para vuestra sorpresa, tus primeros movimientos de cadera para follar no fueron tan placenteros como cabía esperar. No entendías el motivo de aquel desatino sexual, pero Sabrina, que también lo sintió, lo identificó rápidamente.

-No lo estáis haciendo bien. Parad. – Dijo Sabrina algo decepcionada.

ACCIÓN: Deja de masturbarte, pero sigue agarrando tu polla con fuerza.

Volvisteis a meterla hasta el fondo, como si fuese una especie de modo reposo.

-Tenéis que hacerlo a la vez, si no esto no funciona. Intentad sincronizaros. Venga.

ACCIÓN: vuelve a masturbarte lentamente.

Con aquellas nuevas instrucciones, volviste a intentarlo. Aunque ahora estabas más centrado en hacerlo bien, aquello seguía sin funcionar. Los movimientos de vuestras pollas en su coño no eran coordinados y, por tanto, tampoco se sentían placenteros.

-¡Parad!

ACCIÓN: Deja de masturbarte, pero sigue agarrando tu polla.

-¡Joder! ¡Joder! No sé como arreglar esto… Hagamos algo. Seri, tu quédate quieto, que me folle solo Larfu.

Tu misión ahora era sencilla y pasiva. Dejar tu polla dentro de Sabrina mientras Larfu volvía a follarsela. Sorprendentemente, la sensación era bastante más placentera, tanto para ella como para ti.

ACCIÓN: Frota tu pene con la palma de tu mano.

-¡Bien! ¡Bien! ¡Esto me gusta más! ¡Me encanta!

La excitación que parecía perdida, volvió rápidamente para todos, aunque posiblemente tu eras el más frustrado, puesto que no podías moverte. Era una sensación parecida a la anterior, mirar mientras ellos follaban, aunque esta vez con tu polla dentro de Sabrina. Por otra parte, los movimientos de Larfu conseguían aliviarte un poco, como si te estuvieses masturbando lentamente. Comenzabas a sentir de forma inconsciente que podrías llegar al orgasmo así.

-Sube un poco el ritmo Larfu.

Al escuchar a Sabrina volviste a centrarte en ella y viste algo sorprendente, ella estaba más excitada y cachonda que nunca, hasta el punto que hizo algo inaudito. Comenzó a besarte.

Por primera vez, la hipnosis pareció romperse e hiciste varias acciones sin el consentimiento de Sabrina. La primera fue devolverle el beso. Aquel beso en una situación neutral no hubiese significado nada y seguramente hubieses actuado como una pared, pero tu subconsciente te hizo besarla con fuerza y lujuria, y lo mejor de todo es que ella lo recibió con gusto, hasta el punto de que vuestras lenguas comenzaron a jugar juntas. Pero eso no fue lo más sorprendente, también comenzaste a mover tu cintura.

ACCIÓN: Mastúrbate a velocidad media.

La situación y tus impulsos sexuales superaron a la hipnosis y tu también comenzaste a moverte para follar, y para sorpresa de todos, esta vez supiste acoplar tu movimiento al ritmo que Larfu estaba llevando. Ahora sí, todo cambio y comenzasteis a sentir algo único, un placer y excitación que nunca antes habíais vivido.

-¡Ahh!¡Ahh!¡Ahh!¡Ahh!¡Ahh!

Sabrina no podía hablar, solo podía sentir placer.

Volviste a hacer algo que saltaba la hipnosis. Con una mano acariciaste su cuerpo y con la otra agarraste su cabeza para besarla con fuerza.

ACCIÓN: Mastúrbate rápido. El momento de eyacular llegará pronto.

-¡Ummm! ¡Ummmm! ¡AHHHHH!

Sabrina comenzó a correrse. Los espasmos de su cintura y las fuertes contracciones en su vagina lo indicaban. Para colmo, también tuvo un fuerte Squirt, tan abundante que no solo lo sentiste en la polla, también cayendo por tu cintura.

Pero tu y Larfu no habíais acabado. Estabais muy cerca del orgasmo y el momento era único, por lo que hiciste tu último movimiento sin consentimiento. Agarrar la cintura de Sabrina para seguir follandola con fuerza.

Para más sorpresa, Larfu hizo lo mismo. 4 manos agarrando a Sabrina para follar como animales salvajes. Ella podría haber dicho algo, pero ahora Sabrina era solo una máquina de sentir placer.

ACCIÓN: Masturbarte muy rápido y córrete cuando quieras mientras sigues leyendo.

Los momentos más placenteros e intensos que jamás habías sentido. Parecían no terminar nunca.

-¡AHHHHHH! ¡SIIIII!¡SOIS LOS MEJORES!

Normalmente Sabrina os decía cuando debíais eyacular, pero esta vez sabías que podías hacerlo en cualquier momento. Ella seguía gimiendo, su cintura seguía temblando con fuerza, el sudor recorría vuestro cuerpo y entonces… pudiste sentirlo. Larfu comenzó a correrse. En cuanto lo notaste, tú también hiciste lo mismo. Los dos os corristeis a la vez dentro de Sabrina y ella se desplomó de placer sobre tu cuerpo al sentir el final de aquel increíble momento.

Vuestras pollas estuvieron expulsando semen sin parar como nunca antes lo habían hecho. Sabrina no decía ni hacía nada, solo disfrutaba de aquel increíble momento. Tras la corrida, ambos sacasteis vuestras pollas, pero Sabrina decidió seguir tumbada sobre ti para descansar y disfrutar el momento.

No pudiste medir cuanto tiempo fue, pero seguramente fueron más de 10 minutos donde Sabrina no hizo nada, solo descansó sobre tu cuerpo como si se hubiese dado un golpe en la cabeza y se hubiese quedado inconsciente. No era para menos, el placer había sido infinito.

Pero tu ahora no podías pensar en ella ni en el sexo, algo raro había pasado.

La hipnosis se había roto y eras consciente de ello.


-------------------------------------

Esto es todo por ahora, espero que os haya gustado este capítulo.

Recordad que mi primera novela erótica "Cómo me convertí en Maid Sexual" ya está disponible en Amazon España y en Amazon Internacional y si eres miembro de mi Patreon puedes leer la novela completa gratis haciendo click aquí.

Files

Comments

No comments found for this post.