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Esta es una larga historia donde os contaré poco a poco como me convertí en una Maid sexual totalmente entregada. 

Te recomiendo comenzar a leer este relato por el principio (pulsa aquí para ir al primer capítulo).

Cuando termine todos los capítulos comenzaré a reescribir esta misma historia en forma de novela e intentaré publicarla en físico (lo que viene siendo un libro). Es uno de mis objetivos marcados en Patreon si llegábamos a 100$, gracias por vuestro apoyo.

CAPITULO 8

EXPOSICIÓN

Pasé la mañana y el mediodía con la cabeza en las nubes tras lo que viví en el baño de la universidad. Llegué a casa después de almorzar en la facultad y tenía unas horas para descansar y estudiar antes de ir a la mansión, pero no podía pensar en otra cosa que en las sorpresas que habría allí hoy para mi, era una sensación parecida a cuando te enamoras de alguien y no puedes dejar de pensar en él.

Mientras me arreglaba para ir allí me di cuenta de que esta vez tenía muchas menos dudas, era como si una parte de mí comenzase a aceptar que aquella mansión me gustaba. 

Una hora después ya estaba allí de nuevo. Toqué el timbre y Lola me abrió.

-Lola: ¡Hola de nuevo! Jajaja.

Lola volvía a llevar la peluca con coletas y el traje de Maid, realmente no parecía una peluca, era muy realista.

-Yo: Hola. 

Respondí con una sonrisa bastante sincera, realmente me gustaba verla allí de nuevo y su cambio de look le favorecía.

-Lola: Hoy vamos a volver a limpiar y a hacer tareas de casa, como el primer día.

-Yo: Vale.

Lola me acompañó al vestidor y mientras tanto yo me sentía un poco decepcionada. ¿Hoy será como el primer día? Casi me entristecía pensarlo. Cuando terminé de cambiarme Lola habló:

-Lola: Hoy Charlotte me ha pedido que empezemos limpiando todos los juguetes sexuales, creo que puede ser porque hoy tiene algo preparado.

-Yo: ¿Algo preparado? ¿A qué te refieres?

-Lola: Ya lo verás, jajaja.

-Yo: ¿Pero te refieres a algo sexual?

-Lola: Eso por supuesto Jajajaja.

La respuesta de Lola me calmó y me encendió un poco. ¿Tantas ganas tenía yo de sexo?

-Lola: ¿Te has puesto un poco cachonda verdad?

Lola se me acercó mucho. Pensaba que iba a decirme algo al oído pero cuando tenía su boca cerca de mi oreja la chupó y me tocó las bragas por debajo de la falda.

Yo di un pequeño salto tras recibir esos estímulos tan repentinos e incluso me excité un poco. Rápidamente reaccioné con un pequeño salto y hablé:

-Yo: Me has sorprendido.

-Lola: Jajajaja. Vaya salto has dado. ¿Te ha gustado?

Decidí no responder sin darme cuenta de que era una forma implícita de decir que sí.

-Lola: Bueno, en la casa tenemos prohibido tener sexo sin el permiso de de Charlotte. ¡Además llevas el colgante! ¡Se me había olvidado!

Me sorprendió la norma de Charlotte de prohibir el sexo entre empleados.

-Lola: En serio, perdona. Ahora me siento mal, olvidé que no podía tocarte, lo siento si te he hecho sentir incomoda.

Realmente sentí arrepentimiento en sus palabras. Ella siguió hablando:

-Lola: Cuando yo llegué aquí una de las cosas que me hizo sentir segura es que Charlotte me prometió que nadie me tocaría durante mi periodo de prueba. Ahora yo he roto esa regla, lo siento.

Sin lugar a dudas Lola estaba arrepentida.

-Yo: No pasa nada, de verdad.

Lola se quedó callada y decidimos seguir limpiando. Pasaron pocos minutos cuando una alarma muy fuerte comenzó a sonar por toda la casa.

-Yo: ¿Qué es eso?

-Lola: Charlotte utiliza la alarma de seguridad de la casa para llamarnos a todos cuando quiere hacer algo especial jajaja, es un poco exagerado pero funciona. Sígueme, el punto de reunión es el salón.

Fuimos al salón y allí estaba Charlotte sentada, el resto de empleados estábamos de pie frente a ella y poco a poco llegaron todos. Hoy no estaban David y Nuria, pero estaban todos los demás que había conocido, el Mayordomo Roberto, El Cocinero Felipe, Cristina, Lola y la mujer que aún no sabía cómo se llamaba pero que estuvo ayer en la comida como otra empleada más. Cuando todos llegaron Charlotte habló:

-Charlotte: Todos habéis pasado por esta prueba, algunos la hicisteis el último día de vuestra semana de pruebas y otros la hicisteis antes. Esta es la primera vez que la voy a proponer tan pronto. Esta prueba es para ti Marta.

Mi corazón comenzó a latir con fuerza. ¿De qué prueba hablaba?

-Charlotte: Creo que estás preparada para este reto. Si no quieres hacerlo no pasa nada.

-Yo: ¿De qué se trata?

-Charlotte: Como bien sabes nadie puede tocarte en esta casa mientras estés en periodo de pruebas, pero hay algunas cosas que sí puedes hacer. Quiero que te masturbes delante de todos nosotros.

El corazón se me puso a mil por hora.

-Charlotte: Lola, trae unos cuantos juguetes variados para que Marta elija el que quiera.

Lola se fue y yo seguía sin entender bien la situación.

-Charlotte: No tienes porque usar ningún juguete pero tú misma los has limpiado y esterilizado hoy, puedes coger el que quieras. Por supuesto no tienes porque hacer esto, no te estoy obligando pero creo que es una experiencia que te gustará. ¿Qué opinas?

Estaba muy sorprendida, tenía que masturbarme delante de todos ellos, nunca había hecho algo así. Es verdad que ayer me masturbé delante de mucha gente, pero ninguno me miraba, esta vez yo era el espectáculo.

-Yo: No sé qué hacer.

-Charlotte: Ayer vi que te masturbaste mientras cenábamos y me pareció muy bien. Disfrutaste viendo el espectáculo. Ahora te propongo ser tú el espectáculo y creo que podría gustarte. Inténtalo, creo que no te arrepentirás.

-Yo:… Vale.

-Charlotte: Estupendo.

Pude ver como alguno de los empleados se alegraron de mi decisión.

-Charlotte: Todos los empleados que trabajan aquí han hecho este reto, tú eres la primera que lo hace al tercer día y sé que es muy pronto, pero creo que serás capaz y que lo pasarás muy bien.

En ese momento Lola llegó con una bandeja que tenía bastantes juguetes y los dejó todos sobre una mesa.

-Charlotte: Tendrás que subirte a la mesa para que todos podamos verte mejor.

¿De verdad tenía que subirme a la mesa? En ese momento observé que incluso había algunas almohadas y cojines sobre ella y además era la misma mesa de ayer donde Cristina estaba subida.

Os contaré que pasó después en el siguiente capítulo.

Si pulsas aquí podrás ver y leer el siguiente capítulo (excepto si este es el más reciente). Normalmente escribo un nuevo capítulo cada semana.

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